Barcelona 1992 marca el camino
La cuenta atrás avanza hacia las aguas del Sena, que el 26 de julio albergarán la original Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos, si ninguna alerta obliga a aplicar un plan B. Que lo hay. Crucemos los dedos. Sea como sea, París será una fiesta, como nos contaba Ernest Hemingway. La calculadora rebasó la semana pasada el tope de 100 días, tan simbólico, para pulsar este viernes el pause en otra cifra: ‘Faltan tres meses para París 2024′. Justo para esta fecha, el 26 de abril, el COE ha organizado un homenaje a los deportistas de los Juegos de 1992, aquella participación heroica, todavía en el altar olímpico. Barcelona también fue una fiesta. Y Madrid se vestirá de gala para rendir tributo al certamen más laureado, con Felipe VI en cabeza. El abanderado de entonces vuelve a ponerse al frente del desfile. El Príncipe ahora es el Rey. Mientras el deporte español también espera una sucesión real. Barcelona 1992 marca todavía el récord de podios: 22 medallas, con la suma de 13 oros, 7 platas y 2 bronces, para auparse al sexto puesto del medallero final. Nunca hubo otro top-10.
Aquel fue un punto de inflexión, el momento en el que el deportista español se convenció de que podía competir a la misma altura que cualquier rival. Desde entonces se han ganado muchas cosas que no se habían ganado nunca. Casi todas. Mundiales de fútbol, de baloncesto, de balonmano, de ciclismo, de Fórmula 1, de patinaje sobre hielo, de bádminton, de snowboard, la Copa Davis… Pero el registro olímpico sigue inalterable siete ediciones después, anclado en aquel pebetero de Montjuïc que prendió la flecha de Antonio Rebollo. Todos los cálculos actuales, los que hace el COE y los que hace el CSD, apuntan a que los próximos Juegos de París 2024 pueden ser el lugar del sorpasso. El escenario de los nuevos reyes. Los héroes de Barcelona señalan el camino.