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Barça campeón... “mañana ya veremos”

Discursos. El Barça festejó anoche su Liga número 27 con una derrota ante la Real, algo previsible después de la “profunda” juerga del domingo (así la bautizó Mateu Alemany), la rúa del lunes, y la cena de los campeones del jueves, en la que Laporta se encargó de recordarles a los jugadores y a Xavi en su discurso que la temporada que viene espera mucho más en Europa. Luego llegaron los discursos y el entrenador buscó la complicidad de su presidente dándole las gracias antes incluso que a los jugadores. “¡No estamos tan mal!”, gritó al palco. También habló Busquets, un jugador de leyenda. En dos palabras, como a dos toques en el campo, anunció que muchos títulos están por venir. Busi nunca ha regalado elogios, así que algo verá en esos chicos hambrientos como Gavi.

Incógnitas. Pero eso sí que está por ver. El Barça ha ganado la Liga con honores, a cuatro jornadas del final, y la ha celebrado como la merece. Tiene a la afición de su lado después de años de cierta indiferencia y distanciamiento y eso es un buen soporte. Pero durante la temporada el Barça ha ido tropezando bruscamente con pedruscos (Bayern, Inter, United, Madrid) que le han hecho ver que todavía está lejos de la superélite y de la excelencia. La transformación no puede quedarse a la mitad y las incógnitas sobre el futuro son múltiples. Algunas no son capaces de resolverlas ni siquiera los que están dentro, porque el Barça de Laporta es un elogio a la improvisación. “Mateu se queda, mañana veremos qué pasa”, dijo el sábado Xavi, que según algunas fuentes no supo nada de la marcha atrás del ejecutivo mallorquín hasta que casi era un hecho. Con Alemany al mando junto a Deco, el Barça tiene que decidir qué quiere ser la próxima temporada. El primer empeño de Laporta es traer de vuelta a Messi, lo que supondría otro volantazo en el estatus de un vestuario que en el último año ha perdido dos capitanes y tiene a otro, Alba, sobre el alero. Lo de Messi, más allá del delicado encaje futbolístico que sería trabajo de un entrenador que lo llama sin parar para que vuelva, sería un subidón emocional sin precedentes. Que el argentino cierre el círculo en el Barça es una cuestión de honor para los culés. Pero antes que eso, el Barça tiene que saber si LaLiga aprueba su plan de viabilidad, si el Comité de Ética y Disciplina de la UEFA da luz verde a su participación en la Champions y cómo queda su estructura deportiva en el club. Mateu anunció hace semanas un verano “interesante”. Luego dijo que se iba y ahora ha vuelto. Mañana ya veremos.