Badosa se reencuentra

La polémica absolución de Jannik Sinner tras dos positivos con un anabolizante, o la rotura de una raqueta de Carlos Alcaraz durante su eliminación en Cincinnati, han eclipsado otros detalles paralelos que han acontecido en el tenis en el acercamiento al US Open. Uno de ellos, que afecta al deporte español, ha sido la resurrección de Paula Badosa, que llega a Nueva York en el puesto 27 del ranking, después de haber salido esta misma temporada del top-100. En este mes de agosto, Badosa ha ganado en Washington, un WTA 500, dos años y medio después de su anterior título, y ha jugado semifinales en el WTA 1000 de Cincinnati, con muy buenas sensaciones a pesar de caer ante Jessica Pegula, la número seis del circuito.

Badosa tocó “fondo”, según sus palabras, en el Madrid Open, cuando perdió en su debut ante Jessica Bouzas. Aquel tropiezo sumió a la tenista en una crisis deportiva y anímica tan profunda, unida a su lesión en una vértebra que ha limitado tanto sus prestaciones, que optó por “romper con todo y empezar de cero”, en busca de la jugadora que entre 2021 y 2022 venció en Indian Wells y ocupó el número dos mundial. Por ejemplo, ha recuperado en su equipo al nutricionista y psicólogo Daniel de la Serna y al preparador físico David Antuna. En este camino tuvo que tomar decisiones controvertidas como su renuncia a los Juegos Olímpicos, a cambio de torneos que pudieran dotarle de puntos de cara al último Grand Slam del año. Además, el cambio de superficies, hierba, tierra y dura, no era aconsejable para su maltrecha espalda. La triste decisión ha sido finalmente acertada, como confirman sus resultados, porque Paula aterriza en Estados Unidos a “un nivel alto”, “jugando bien” y “mentalmente, mejor”. Puede pasar de todo, claro, porque las demás también compiten. Pero al menos está feliz consigo misma, que era algo que llevaba tiempo sin sentir.