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Ancelotti sí derrota a Guardiola

Es algo extraño en la Champions, pero por primera vez en tiempo lo peor para el Madrid fue el resultado. Tuvo la eliminatoria en disposición de haberle dado un mordisco importante porque el planteamiento de Ancelotti se impuso al de un Guardiola muy conservador. No se había visto a un City tan retraído esta temporada. En su juego primó la precaución en lugar de la vocación ofensiva y ese 1-3-2-4-1 en ataque fue fácilmente defendible para un Madrid bien parado atrás. Bernardo Silva y Grealish estuvieron muy abiertos y renunciaron a ocupar posiciones interiores, mientras que De Bruyne y Gündogan casi nunca recibieron balones a la espalda de los centrocampistas. Con Haaland controlado por un inmenso Rüdiger, la posesión del City resultó inocua ante un Madrid que por voluntad propia decidió resguardarse atrás. Es cierto que en los primeros 25 minutos se peleó en exceso con la pelota, pero una vez logró hacerse con ella giró el encuentro y trasladó al City a ese lugar que aborrece. Cuando a los de Guardiola les toca defender, se percibe una sensación de vulnerabilidad que empieza en Ederson. Pero el Madrid no la castigó del todo porque no tuvo a Benzema, que sigue perdido y tentado siempre a equivocarse.

Después del gol de Vinicius en una transición bien hilvanada, con la ayuda incontestable de Ederson, el Madrid se convirtió en el equipo completo que quería su entrenador. Comenzó a discutir la posesión al City bajo la batuta de Modric y las apariciones interiores de Camavinga. Además, logró amenazar al espacio, aunque menos de lo que debería porque Benzema se empeñó en elegir mal. Cuando mejor lo tenía, el City niveló la contienda por una buena presión de Rodri tras una mala salida de Camavinga. Fue el mediocentro español el que equilibró a los de Guardiola y De Bruyne el que dejó su huella con un latigazo imponente. Dos colosos ante un Madrid que tendrá que vérselas ahora en el Etihad en una situación novedosa y peor de la que se trabajó en el Bernabéu. Ancelotti acertó en el plan y Guardiola sacó un premio final mayor a su conformismo. En Mánchester se vivirá otro episodio de un duelo mayúsculo.

Balón por dentro

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El City nunca quiso arriesgar con asociaciones interiores, pero la única vez que lo hizo colocó a Haaland delante de Courtois. De Bruyne vino al apoyo y Gündogan rompe. Por suerte para el Madrid, apareció Alaba en plan salvador.