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Ancelotti es la diferencia

Con el permiso del Girona, la gran película de LaLiga, el Madrid va como un tiro y no deja de disparar su cotización al título. No tuvo rival en el Villarreal, al que le vino grande el escenario como le ha sucedido en otros tantos partidos esta temporada, pero nada le quita encanto al mérito que se dibujó en la victoria blanca. Salvo un pasaje dudoso al inicio del segundo tiempo, castigado con el gol de Morales, jugó con la energía, complicidad y ambición que se ve en sus últimos encuentros. No hay jugador más importante que Bellingham, pero Ancelotti es la diferencia. El momento del Madrid apunta a la mano del entrenador italiano, que ha sabido dar una personalidad al equipo ante tanta circunstancia adversa. El 1-4-4-2, con Valverde y Kroos en la base y libertad para Modric y Bellingham entre líneas, ha traído dinamismo, alternativas por dentro y por fuera y capacidad para invadir el área contraria. No necesita de un delantero al uso porque todos ocupan las posiciones de remate, con especial atención Bellingham. Rodrygo sigue con la flecha para arriba y sobre Brahim será difícil justificar su regreso al banquillo, si es que vuelve al mismo. Otro meritorio como Lucas Vázquez ofrece la profundidad y amplitud de siempre en la banda derecha.

Ancelotti ha construido un equipo reconocible en todos los frentes, que todavía tiene margen de mejora en el aspecto defensivo, donde acumula despistes poco tolerables. Pero es un bloque definido, con una circulación rapídisima de balón que desarbola rivales como si nada. Contra el Villarreal tampoco lo tuvo demasiado complicado. Desde su llegada, Marcelino ha querido recomponer el sistema y organizarlo desde atrás, pero ese supuesto pasillo de seguridad formado por Albiol, Mandi, Parejo y Capoue es ya de otra época. En el Bernabéu no transmitió la impresión de poder tutear nunca al equipo blanco. La pelota le pareció estorbar, y eso es un pecado trascendente ante un Madrid con juego y mazo. Su hidalga talla obedece al ingenio de Ancelotti, a veces mal mirado, pero cuyo crédito es universal.

Bendita amplitud

Ampliar

El posicionamiento de Lucas Vázquez generó siempre una ventaja por fuera al Madrid. Cada cambio de orientación de Kroos o Bellingham, como en este caso, delató a un Villarreal de paupérrimo rendimiento defensivo.

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