Alonso encuentra la hoja de ruta
La energía fue altísima y el juego, también. El Madrid se quitó el agarrotamiento de encima y Xabi Alonso por fin puede presumir de una gran actuación. La manguera de rumores se cierra temporalmente, hasta nueva orden.

No hubo discusión en San Mamés, donde el Real Madrid soltó buena parte del pesado lastre que sostenía en las últimas semanas. Derrotó al Athletic de forma categórica, desde el primer minuto, sin más concesiones que el rechace de Courtois en el mano a mano con Berenguer. Queda para la ficción lo que hubiera ocurrido sin la impresionante parada del portero belga, pero la realidad fue tajante: el Madrid venció, se gustó y cerró un periodo problemático. Xabi Alonso respira por fin.
El partido remitió a otro muy parecido. En la primera jornada de la Liga 2023-24, el Madrid también se impuso en San Mamés con claridad. Fue el debut de Bellingham en el campeonato español, rodeado por Valverde, Tchouameni y Camavinga, la misma red de centrocampistas que el miércoles arrasaron a sus pares del Athletic.
En aquel partido se declaró oficialmente constituido el modelo de juego del Real Madrid. Jugadores de extraordinarias condiciones atléticas, propulsados por la energía a la que tanto se refería Carlo Ancelotti. Era el Madrid del futuro frente al Madrid del pasado, definido por la sabiduría de Kroos y Modric. Los dos fueron suplentes en aquella jornada. Se les dio por amortizados, pero las temporadas son largas y los volantazos muy frecuentes.
Kroos comenzó a ingresar en las alineaciones y terminó por instalarse como bandera del equipo. Modric aportó menos minutos, de enorme calidad, por supuesto. La energía contribuyó a la causa pero la pericia de los veteranos resultó decisiva en la conquista de la Liga y de la Copa de Europa. Probablemente fue la temporada mejor y más completa del Real Madrid en este siglo.
El efecto de la imprevista retirada de Kroos provocó una sensación de vacío irreparable, a pesar del fichaje de Mbappé. Ancelotti buscó y no encontró soluciones a la ausencia del alemán. Modric se exprimió, pero el Madrid se atascó de tal manera que no ganó un solo título, perdió cuatro veces consecutivas con el Barça y recibió 16 goles por el camino.

Con la energía de sus atletas, no fue suficiente. Vuelve el debate, aunque en esta ocasión mediatizado por la configuración de la plantilla. El Madrid no tiene a gente como Kroos y Modric, dos de los mejores centrocampistas en la historia del fútbol, y Alonso apenas dispone de un jugador lejanamente parecido: Arda Güler. Tiene 20 años y su radio de acción hasta esta temporada había sido corto, la mayoría de las veces en posiciones laterales.
Alonso ha buscado una alineación, sin encontrarla por las dificultades que encontraba en el camino: ningún estratega a la manera de Kroos o Modric, las consecuencias del desparrame de Vinicius, los rumores de insatisfacción que el club goteaba con respecto a Xabi Alonso y una incomprensible saga de cinco partidos fuera de casa -llegan los Dolphins, que se aparte todo el mundo-, con un balance de una victoria (Olympiacos), tres empates (Rayo, Elche, Girona) y una derrota (Liverpool).
La ofensiva contra Alonso ha sido de tal calibre que el partido de San Mamés se llegó a considerar crítico para la continuidad del entrenador. Frente al frágil Athletic actual, Alonso encontró lo que debería de ser la alineación recurrente de la temporada. Güler, que ha rendido más que bien, se quedó fuera. Cuatro jugadores integraron el medio campo, los mismos que hace dos años en San Mamés, y la posición de Rodrygo en aquel partido ahora la ocupa Mbappé, imparable para la defensa del Athletic.
La energía fue altísima. El juego, también. El Madrid encontró grandes espacios para correr y disfrutar. Se quitó el agarrotamiento de encima. Xabi Alonso por fin puede presumir de una gran actuación del equipo. La manguera de rumores se cierra temporalmente, hasta nueva orden. Esta versión del Madrid funcionó como la seda contra el Athletic, que concedió demasiado en casi todos los aspectos del juego. ¿Funcionará con tanta pulcritud frente a defensas disciplinadas y compactas o se volverá a echar de menos al Kroos que marcaba a paso tranquilo el ritmo y las decisiones del juego?
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