Alcaraz se tuerce

Este último fin de semana pronosticábamos a Carlos Alcaraz pujando por el título en el ATP 500 de Río de Janeiro, donde el año pasado firmó el subcampeonato, pero no pudo pasar del primer partido, ni siquiera del primer set, por una inoportuna torcedura en los lances iniciales frente a Thiago Monteiro. Por fortuna, una posterior resonancia magnética reveló un esguince lateral de grado 2, que no le va a impedir participar en la exhibición de Las Vegas con Rafa Nadal, el 3 de marzo, y defender su corona en Indian Wells, del 6 al 17 del mismo mes. El torneo brasileño era importante, porque, además de que tenía puntos en liza, Alcaraz deseaba conocer su evolución tras su tropiezo la semana anterior en semifinales de Buenos Aires ante Nicolás Jarry, que le dejó bastante escocido: “Es una derrota difícil. Me ha dolido mucho. Hay muchas cosas que mejorar y el nivel tiene que subir”.

El resbalón ante el chileno puede considerarse un hecho puntual, no siempre es fácil retomar la competición tras la inactividad. Sin embargo, el camino de Carlitos viene torcido desde más atrás. Desde su brillante victoria ante Novak Djokovic en Wimbledon, el español no ha logrado ningún trofeo. Y desde que cayó ante el serbio en aquel trepidante duelo de Cincinnati, no ha jugado otra final. En este periodo, ha perdido más partidos ante tenistas del top-10 de los que ha ganado, con victorias ante Medvedev, Rublev y Ruud, pero con derrotas ante el propio Medvedev, Zverev (dos veces), Djokovic (dos), Sinner… A lo que hay que añadir otros traspiés ante jugadores de ranking más alto: Paul, Safiullin, Dimitrov, Jarry… Esta irregular andadura ha provocado que Jannik Sinner, campeón en Australia, se haya acercado a su segundo puesto en la ATP con una espléndida racha de resultados. Alcaraz tiene tarea por delante. Para recuperar su tobillo, su confianza y su juego.