Alcaraz es otro jugador

“Estoy a mi mejor nivel aquí”, dice Carlos Alcaraz tras clasificarse para su segunda semifinal consecutiva en el US Open, la cuarta seguida en un Grand Slam. El vigente campeón compara ese nivel con el de hace un año, cuando logró coronarse en este mismo torneo, pero con mucha menos solvencia, trastabillado, después de superar varios partidos espinosos en cinco sets ante Cilic, Sinner y Tiafoe. “Me siento más maduro, lidio mejor la presión. Soy una persona y un jugador distintos”, afirma Alcaraz. Y eso se está notando en la pista. Carlitos ha alcanzado la penúltima ronda tras ceder únicamente un set ante Dan Evans. En cuartos pasó por encima de Alexander Zverev: 6-3, 6-2 y 6-4, en dos horas y 29 minutos. Sublime. El ahorro de energía es muy importante en el tenis, incluso en un joven de 20 años.

Ese gran nivel contrasta también con el último mes, cuando avanzaba a trancas y barrancas por los dos Masters 1.000 de la gira americana previos al grande estadounidense. En Canadá cayó en cuartos ante Tommy Paul. Y en Cincinnati llegó a la final con Novak Djokovic, un épico duelo, pero en todos los partidos, hasta un total de cinco, cedió al menos un set. Igual que este Alcaraz no se parece en nada al de hace un año, su juego actual tampoco tiene comparación con el renqueante caminar de agosto. O, visto de otra manera, ahora recoge la siembra del rodaje de entonces. El murciano ha alcanzado en Nueva York, en el momento preciso, su punto más dulce. Va a necesitarlo para enfrentarse este viernes a Daniil Medvedev, un rival durísimo, campeón aquí en 2021. En sus dos enfrentamientos de este año, en Indian Wells y en Wimbledon, el español le ha tomado bien la medida, pero no debe fiarse, porque el ruso también es de los que aprenden rápido. Es el penúltimo peldaño para repetir final. La segunda consecutiva en el US Open y la segunda consecutiva en Grand Slam. Carlitos crece.