Al Khelaïfi arrastra a Gil Marín

A veces conviene mirar las cosas con perspectiva para darnos cuenta de ellas. Salir de la burbuja. Cuando uno analiza el crecimiento del Atlético en el panorama europeo y en las instituciones que lo estructuran, realmente comprueba lo que están haciendo sus dirigentes. No es flor de un día, de una temporada o de una época. Es el trabajo fabuloso de muchos y muchos años en los que Miguel Ángel Gil Marín, como cabeza visible, ha ido ganando peso en el fútbol español, primero, y en el continental, luego. El Atleti es un club atractivo para el inversor, con una potentísima masa social detrás y vive asentado entre los mejores de la Liga y de la Champions temporada tras temporada. Un buque insignia de Europa.

Los éxitos empresariales no se regalan, esto es así. En la actualidad Gil Marín es integrante de uno de los 37 asientos de la Junta de la ECA (Asociación de Clubes Europeos), a la que volvió con más fuerza que nunca tras el intento fallido de la Superliga que removió los cimientos de la organización. Es más, su buena gestión llevó al resto de integrantes, y a Al Khelaïfi, su presidente, a elegirlo como representante de la ECA en el Comité Ejecutivo de la UEFA, un honor únicamente reservado para él y para el propio Al Khelaïfi. En esas esferas, las que maneja Ceferin, las más altas del fútbol europeo, se mueve ahora mismo el Atlético. Un privilegio. Un premio a su modelo.

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