Al Barça de Flick nunca le falta la fe

Una vez más, el Barça flirteó con un petardazo serio en Europa. El Eintracht, que, por lo visto las dos veces que ha visitado el Spotify Camp Nou en los últimos años, presume de una de las aficiones más maleducadas del continente, fue otra vez un dolor de muelas como en 2022. Se puso 0-1 en una buena carrera de Knauff que Balde defendió con poco entendimiento y decidió meterse atrás con una defensa de 6+4 que se le empezó a hacer bola a un Barça que vivió la primera parte entre precipitado y empanado. Fermín y Lewandowski, con poco espacio para maniobrar, no estaban finos; y Lamine, Pedri y Raphinha tampoco encontraban la llave maestra. Para hacerse a una idea del desastre al que conducía el 0-1 del descanso, el Barça circulaba a esa hora por el puesto 16 con otros nueve partidos por jugar este miércoles.

Dio la sensación de que Flick tocaría mucho en la segunda parte. Incluso es posible que el escenario lo mereciese. Pero le bastó con una pincelada. Rashford apareció en el campo y, como tiene un cañón en la pierna derecha, Koundé decidió ir con fe a rematar un balón que acabó en el 1-1. Iluminado, el héroe de La Cartuja, también pasaba por ahí en la acción del 2-1. Hay noches en la que, casi sin explicártelo, todo te sale bien. Y esa fue la de Jules, que ayudó al Barça a esquivar una buena bala. A los de Flick les está costando encontrar la magia en Europa este curso. Sin embargo, se siguen teniendo la misma fe de siempre. En diez días ha remontado cuatro partidos: Alavés, Atlético, Betis y Eintracht. Si se cree, se suele poder.

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