¿A quién molesta el Girona?

El Girona tiene un sueño y es la Champions. Y nada ni nadie se lo va a cambiar, aunque le restan siete jornadas de Liga y va a tener que sudar sangre. En el Metropolitano, contra el Atlético, descubrió que todo el respeto que se ha ganado con su fútbol vistoso y ganador no basta para ser tomado en consideración. ¿Cómo no se pudo señalar el penalti de Reinildo a Savinho? De Burgos Bengoetxea, árbitro principal, no lo vio y se le pudo pasar, pero a Soto Grado, desde el VAR, no. Reinildo arrolló al extremo del Girona y la acción pasó dentro del área. El enfado es entendible y es que el equipo de Míchel no está para seguir viéndolas pasar. Ya son cinco derrotas seguidas a domicilio y la clasificación achucha. A ver qué hace mañana, domingo, el Athletic (quinto) contra el Villarreal, pero se le puede poner, si gana, a seis puntos.

Tocará abrocharse el cinturón y controlar los nervios. Contra el Atlético, el 0-1 fue un huracán que se quedó en soplido. El 3-1 definitivo es demasiado cruel porque con ese penalti a Savinho (se produjo con 1-1) pudo cambiar la película. A cambiar de cara y resucitar a un grupo que, no olvidemos, depende de sí mismo. Contra todo y contra todos.

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