A los parones los carga el diablo
La Selección hizo lo que le correspondía en Chipre. Marcó tres goles y se acomodó. No necesitaba más para ganar el partido y casi garantizar el primer puesto en la fase de clasificación de la Eurocopa 2024. El partido, perteneciente al tercer parón de la Liga desde septiembre, también cumplió con otro pronóstico, éste de carácter estadístico. Raro es el encuentro de selecciones que no deja víctimas por el camino, en este caso Mikel Oyarzabal, que sufrió una lesión muscular en el momento de marcar el gol.
Oyarzabal es un jugador capital en el espléndido recorrido de la Real Sociedad, clasificada para los octavos de final de la Liga de Campeones, a falta de dos encuentros, uno de ellos en Milán, frente al Inter. Se supone que funcionará como el partido que decide el primer puesto del grupo. Momento crucial, por tanto, para el equipo guipuzcoano, privado de una de sus figuras. La ausencia de Oyarzabal resultará tan o más dañina para la Real en la Liga española que en la Copa de Europa. El Girona le ha cobrado tanta distancia que el equipo de Imanol Alguacil requerirá de todos sus recursos para recortar puntos. La baja de Oyarzabal compromete la persecución.
El Real Madrid se ha clasificado para los octavos de final de la Copa de Europa y también persigue al Girona, a poca distancia en cualquier caso. Otra cosa son las condiciones de la persecución. En la pretemporada perdió a Courtois y Militao, probablemente para todo el calendario 23-24. La lesión del turco Guler, todavía sin debutar en España, se ha reeditado. No se le espera en las próximas semanas. En estas circunstancias, el Madrid vive con terror las consecuencias de cada parón internacional. Las noticias que llegan de Brasil son inquietantes. Vinicius, bandera del ataque madridista, se retiró pronto del partido contra Colombia. Problemas musculares de nuevo. Se perdió el mes de septiembre y lo sufrió el equipo, dependiente en extremo de la aportación de Bellingham. Vinicius, que durante los cuatro primeros años de su carrera fue invulnerable a las lesiones, comienza a sufrir las dolencias de los sprinters explosivos. Por breve que sea la baja, la sucesión de tirones musculares ataca a la confianza de cualquier jugador, pero sobre todo de los que viven de la aceleración y el freno.
Más preocupantes resultaron las noticias que llegaron de Francia. Camavinga sufre una lesión traumática que le apartará dos meses, poco más o menos. Con la baja de Camavinga, el problema del Madrid es más que grave. La plantilla empieza a contraerse y al equipo le espera un duro mes de diciembre y enero, con la Liga más disputada de los últimos tiempos –cuatro equipos pugnan por el liderato– y la Supercopa de España en Arabia Saudí.
Cada parón internacional cobra víctimas importantes. Queda otro partido más antes de que los internacionales regresen a sus equipos. Las primeras consecuencias son dolorosas para el Real Madrid y la Real Sociedad. Pierden jugadores trascendentales en un momento delicado de la temporada, puesto que poco a poco comienza a asomar la Copa del Rey. A España le queda un encuentro para finiquitar el trámite clasificatorio. Se medirá con Georgia en Valladolid. La tarea está hecha, pero la amenaza de nuevas lesiones provoca sudores fríos en los equipos.
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