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El campeón. Así se las gasta el vigente campeón de Liga y el flamante campeón de Europa. Puedes tener el partido atascado ante un rival enrabietado y crecido tras su inesperado gol del empate (Joselu es muy bueno), pero la tropa de Ancelotti no se altera. Carlo mueve el avispero, saltan Rodrygo, Camavinga y Ceballos, acorrala a los pericos en torno a su inseguro portero francés (Lecomte) y saca a escena el próximo Balón de Oro para que termine con la incertidumbre con dos goles letales. El Espanyol dio todo y su afición se entregó. Pero ante este Madrid tienes que tener las luces encendidas en todo momento o te penaliza en cualquier descuido. El talento lo consigue todo. La jugada de Rodrygo en el 1-2 es maravillosa, con un toque sutil que Karim convirtió en el gol del descorche del champán blanco. Desde ahí el partido se acabó y los madridistas del RCD Stadium (había muchos) gritaron por fin de gozo. La conclusión es bestial para el Madrid: 9 de 9 fuera de casa, líderes y a jugarse la cumbre el próximo sábado en el regreso soñado al Bernabéu antes ese Betis que también ha hecho pleno. Partidazo en el Everest. Esta Liga arranca con brío. Me gusta.

Casi el mismo Madrid. Se sabía que no iba a ser fácil. Cuando el 3 de octubre de 2021 se llevó al Madrid el primer revolcón de la pasada Liga ante el Espanyol, curiosamente los blancos jugaron de arranque casi con los mismos de ayer. También Lucas y Alaba ocuparon los laterales en esa tarde soleada de otoño y arriba repitió el tridente Valverde-Benzema-Vinicius. Solo dos cambios respecto de aquel día: Rüdiger por Nacho y Tchouameni por Camavinga. Por lo tanto, hay nueve que estaban avisados. Sin embargo, el Espanyol de este 28 de agosto era un equipo en cuyo once, diseñado por Diego Martínez, solo sobrevivían tres futbolistas: Óscar Gil, Cabrera y Darder. Otro Espanyol pero el mismo espíritu de lucha y la misma capacidad para plantar cara.

Lucas, perico y vikingo. La titularidad del extremo gallego sorprende cada vez menos. Cierto que Ancelotti dosifica a Carvajal con mimo por sus pequeños problemas físicos, que en este verano le han hecho perderse varios partidos. Pero el multiusos de Curtis no es un parche, es un valor fiable y seguro. De hecho, se ganó su fichaje por el Madrid hace siete años tras firmar un curso espléndido con el Espanyol. Jugó casi 40 partidos, metió cuatro goles y dio siete asistencias. Ese espíritu perico irreductible cogió el puente aéreo hacia la capital y en este equipo campeón es ahora mismo una pieza intocable.

Vini, MVP. El brasileño sigue en ‘modo The Best’. El gol que abrió la lata, el que siempre decía Di Stéfano que era el más importante, fue con una definición sensacional tras un pase genialoide de Tchouameni. Ojo al francés, que está creciendo sin que le pese la sombra de Casemiro. Ese pase de gol calibra su verdadero potencial. A su físico tremendo une un talento que dará mucho juego en combinación con Modric y Kroos. La KTM no tiene complejos con la CMK. Y con Vini arriba todo es más fácil. El genio anda suelto.

Allez Karim. Y con Benzema ya se sabe. Puede estar peleado con el gol durante 88 minutos y hasta sentir que estaba desactivado, pero emerge su orgullo de capitán y su genio de líder para poner su sello en los dos goles finales de la victoria. Con este doblete empata a Lewandowski en la lucha por el Pichichi, aunque el acta arbitral del Camp Nou se empeñe en regalarle al polaco un gol por un pase de tacón que Joaquín metió en su propia portería. No importa. El Madrid es líder y no falla lejos de casa. Los títulos son colectivos.