Desde Inglaterra llegan noticias del interés del Manchester United en contratar a Luis Enrique, y lo que al técnico asturiano le parece una boutade provoca un sudor frío que recorre el espinazo de Rubiales soltando un latigazo como el que le atizó Lopetegui en Krasnodar dos días antes de echar a rodar el balón en el Mundial de Rusia, ese en el que el anfitrión nos echó con Iniesta de suplente, que manda carallada como dicen aquí. En fin, digo que lo que a Luis Enrique le parece tan raro resulta que ya ha pasado: que un seleccionador se baje del barco (o lo bajen) con España ya en capilla. Así que resulta que extraordinario no es, y además, caray, tampoco es algo antiguo. Sucedió en la última Copa del Mundo, no en la de Uruguay de 1930.

Total ,que Luis Enrique promete y afirma con total rotundidad, que se sentará en el banquillo de España en el Mundial de Qatar. Lo dijo a pleno pulmón, sin dejar lugar a la duda. Mejor. Así no hay que poner a Molina, por eso de que en Rusia fue el director deportivo, Hierro, quien se comió el marrón. Por lo tanto, los Marcelino, Valverde y Quique Flores, que son los tres aspirantes al puesto, ya pueden fichar o renovar por sus equpos, por lo menos hasta después de Qatar. Claro, que si alguno quiere esperar, también vale. Porque si llega el United con la morterada bastará con rectificar. Lopetegui no fue el primero ni será el último.