7 consejos para que tus propósitos de año nuevo se hagan realidad
Esto es todo lo que tienes que hacer para no tirar (otra vez) tus propósitos de 2022 a la papelera.
Cada año la misma historia. Una serie de propósitos por alcanzar en menos de lo que canta un gallo. Cuando hacemos esa lista, a menudo nos olvidamos que doce meses antes ya hicimos una de la que ni nos acordamos. Espero, sinceramente, que esto no ocurra en 2022. Este año es momento de dejar de lado los propósitos y abrazar los hábitos. Porque, al fin y al cabo, el principal enemigo de nuestros propósitos no es el mundo, ni la pandemia, ni el trabajo… sino nosotros mismos.
Ya lo dijo el ex atleta estadounidense Jim Ryun: "La motivación nos impulsa a comenzar y el hábito nos permite continuar". Pero, cuando se trata de propósitos, rara es la vez que nos acordamos de ellos en febrero y no hablemos de marzo o abril. A esas alturas del año, el 90% de los propósitos se han esfumado. Porque los propósitos se escriben en listas, no en cartas mágicas, como las de los Reyes Magos, que los hacen realidad sin esfuerzo.
Tenemos una ventaja, por su propia naturaleza. La diferencia entre el propósito y el deseo es que los primeros dependen de nosotros mismos. No dependen de la suerte, la ONCE, el tiempo, el tráfico o con qué pie se haya levantado tu jefe. Los propósitos dependen de uno mismo y se transforman en una realidad cuando añadimos la variable ‘tiempo’ a la ecuación. Los propósitos de año nuevo sin cumplir son, en esencia, fruto de una falta de voluntad, trabajo y determinación.
¿Qué podemos hacer para evitar que eso ocurra?
En este post quiero compartir algunos tips que personalmente me han ayudado año tras año a cumplir si no todos, una buena parte de ellos.
1.- Define tus principales objetivos para este año. Fíjate sobre todo no el proceso, sino en el resultado. Para ello, responde a las preguntas: ¿qué quiero conseguir? y ¿cómo lo quiero conseguir? Ambas deben ser alcanzables. Márcate metas concretas, accesibles y con un tiempo limitado para así evitar la frustración.
2.- Marca una hoja de ruta para llevar a cabo tu objetivo: ¿quieres aprender inglés? Entonces necesitarás varias cosas: apuntarte a una academia, sacar tiempo entre semana para estudiar, ver películas o series en inglés. Identifica las herramientas que te acercan a tu objetivo.
3.- Crea tu sistema de trabajo diario o semanal que te acerque a tus objetivos: marca pautas en el tiempo: por semanas, meses o trimestres. Establece pequeñas metas que irán marcando el camino recorrido y te insuflarán motivación y energía en los momentos más duros.
4.- Prioriza objetivos. El refranero no miente: quien mucho abarca, poco aprieta. No disponemos de todo el tiempo del mundo ni tampoco de toda la energía. El día tiene 24 horas así que toca priorizar lo importante y descartar lo secundario. Centrar siempre es acertar.
5.- Mantén una lógica ‘productiva’. Seguimos con ‘versos’: caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y si hablamos de propósitos, lo mismo. Trata de hacer las cosas importantes de forma constante. No corras, mantén una velocidad ‘promedio’ constante que te permita descansar y recuperar fuerzas para seguir.
6.- Cuando la desmotivación entra por la puerta, tu energía salta por la ventana. Es muy importante mantener el foco en aquello que queremos conseguir. Visualizar la meta y todo lo que esperamos de ella (y que apuntamos o identificamos en el consejo número uno) es clave para no perder el norte. ¿Cómo? La meditación y la visualización son excelentes herramientas.
7.- Céntrate en el presente. Todo está en el ahora. Es muy importante que situemos nuestra capacidad de acción en el presente. Solo así lograrás trascender el boicoteo de una mente que pierde pistonada cuando se adelanta a lo que aún no ha sucedido. Actúa en el presente y libérate de la ansiedad y el miedo que atrapan a quien se adelanta a los acontecimientos.
Cumplir propósitos es una de las cosas más difíciles que hay porque requiere compromiso, voluntad, disciplina y sacrificio. Cualidades que definen lo que yo llamo ‘fortaleza mental’. ¿Qué es fortaleza mental? La fortaleza mental en el deporte es la capacidad de observar y gestionar tus pensamientos, emociones y acciones, para entregar lo mejor de ti y hacer tu mejor juego, en cualquier situación, independientemente del resultado. La buena noticia: se puede ‘entrenar’ y potenciar. No te pierdas estos 8 consejos para campeones que quieren multiplicarla.