La batalla de Oporto acabó en un fiestón

En la vida todo cambia en un minuto. Y en el fútbol todo cambia en un minuto. El Atlético parecía eliminado. No tenía ni Europa League. El Milan empataba a uno con el Liverpool y el Oporto estaba más cerca de marcar que el Atlético. Y llegó el gol de Griezmann. Y al minuto llegó el gol de Origi, el 1-2 para el Liverpool en Milán. Y cambió toda la decoración. Los colchoneros que lo venían todo negro empezaron a ver de nuevo la Champions en 4K. Quedaba sufrir , pero el Atlético se metía en octavos. Su fase de clasificación ha sido mala. Tres derrotas, dos victorias y un empate no son buenos números. Pero tenía que ganar y ganó.

En Oporto no estaba jugando bien. El equipo portugués le sometía cada vez más, pero el momento justo, el Atlético marcó el gol que necesitaba. Oblak había vuelto a ser Oblak dando seguridad a un equipo. Y llegó la expulsión de Carrasco. Y a los cinco minutos una tángana monumental y la expulsión de Wendell del Oporto. El partido se convirtió en una batalla por el mal perder del Oporto.

Tocaba sufrir. Y controlarse para no entrar en las provocaciones de los rivales. Y el final fue apoteósico. La batalla acabó en un fiestón con los goles de Ángel Correa y Rodrigo De Paul en los cinco minutos de prolongación. Una montaña rusa de sensaciones. El Atleti pasó de verse eliminado a golear. El fútbol cambia en un minuto. Y la vida es eterna en cinco minutos. No hay que tratar de explicar la épica victoria del Atleti. Simplemente hay que disfrutarla. El Atleti salió vivo de Oporto. Y sigue en la Champions. ¡Seguimos para bingo!