¿Cómo afrontar mentalmente una lesión y volver más fuerte?
Un deportista puede superar una lesión físicamente, pero si no lo hace mentalmente, sus resultados no le acompañarán
¿Qué pasa cuando tu mente se niega a aceptar lo que tu corazón sabe perfectamente? Y no digamos tu cuerpo: te has lesionado. Se confirman las peores sospechas. Fundido a negro. De repente, un abismo para el que la mayoría de deportistas nunca está preparado. Es, de hecho, algo muy curioso. El deportista sabe que su máquina es su cuerpo y, sin embargo, pocas veces se prepara para lo que sucede cuando, valga la redundancia, sucede lo inevitable: la lesión.
En el deporte no todo es cuerpo, pero el cuerpo es, indudablemente, el instrumento. La herramienta principal de trabajo. Cuando llega la lesión, llega la inactividad y con ella, el pozo. Se paran en seco sueños y desafíos. Se para la temporada, todo. La sensación de perder el tiempo es terrible y un deportista sabe que tiene muchas cosas, pero difícilmente tenga tiempo. ¿Qué puede hacer nuestra mente para superar cuanto antes una lesión?
La respuesta es: todo. Hay muchos elementos que inciden en la recuperación, pero el factor mental es el decisivo. Hay muchos deportistas que nunca logran superar una lesión. Puede que lo haga su cuerpo, pero su mentalidad queda atrapada en lo que había antes de la lesión, incapaces de pasar de página e iniciar una nueva y, por supuesto, mejor. Porque el deportista puede superar una lesión físicamente, pero si no lo hace mentalmente, sus resultados no le acompañarán y, en consecuencia, no logrará superarla.
Cuando un deportista se lesiona, todo se pone cuesta arriba y su mente se convierte en su peor enemigo. Porque la mente traiciona y muestra siempre el lado más negativo. Es un mecanismo de autodefensa. De alguna manera, te quiere proteger de otro ‘golpe’. Por eso es tan necesario rehabilitar no solo el cuerpo, sino la mente. Prepararla para el regreso. Un trabajo que empieza desde el minuto uno después de la caída o lesión y que a continuación vamos a recorrer.
Primera prueba de fuego: la caída
Tu mente se enfocará en todo lo que tienes que hacer, en todas las cosas que tienes que sacar adelante, pero tu cuerpo sencillamente no responderá. Automáticamente, tu mente aceptará que no puede. Surge el miedo y la desconfianza: ¿podrás volver mejor de lo que estabas? ¿volverás a recuperar tu mejor versión o incluso a mejorarla?
Segunda prueba de fuego: la vuelta
Cuando superamos una lesión, nuestro nivel físico no es el mismo. La lesión se ha curado, pero el cuerpo tiene un lastre: de tiempo, de entrenamiento, de conexión. Hace semanas, meses, que paró toda la maquinaria y es necesario volver a engrasar. En esos momentos, al ver que tu cuerpo no responde igual, tu cabeza amenazará con que no vas a volver al mismo nivel, que no serás el mismo. Por no hablar de las sensaciones. Cualquier anomalía que notes en la parte que te has lesionado viajará hasta tu mente para decirte: ¡cuidado!
Tercera prueba de fuego: impotencia
Si durante un largo periodo de tiempo eres incapaz de obtener resultados, cuestionarás tu valía y tu talento. Te sentirás impotente porque pese a hacer lo que se supone que debes hacer, no consigues acercarte a tus objetivos.
La solución: el desafío mental
Para revertir ese bloqueo, hace falta poner toda la carne -o mejor, mente- en el asador. Sigue estos consejos:
La historia del deporte está llena de ejemplos de deportistas que han conseguido superar una lesión. También de deportistas que no lo consiguieron. De todas ellas, me quedo con la de Teresa Bernadas, jugadora internacional de hockey sobre patines. En su mejor momento, una lesión no solo la dejó en fuera de juego, sino que la alejó de su mayor sueño: jugar en la Selección Española. Sin embargo, supo renacer, superarse y crecer hasta límites insospechados. Si quieres saber cómo gestionó aquella etapa tan difícil, no te pierdas aquí su historia.