Depay: la nueva estrella felina del Barça
El delantero, que acaba de fichar por el FC Barcelona, lleva un inmenso tatuaje de una cabeza de león que ocupa toda su espalda.
Memphis Depay es nuevo jugador del Barça. El delantero neerlandés firmará por dos temporadas con el conjunto azulgrana y será presentado tras la Eurocopa.
El crack, que las tres últimas temporadas militó en el Olympique de Lyon, sorprendió a todo el mundo cuando, en pleno confinamiento por el COVID-19, cuando nos descubrió su pasión por los felinos. Y no solo por el inmenso tatuaje de una cabeza de león que ocupa toda su espalda sino porque el jugador publicó unas fotos en sus redes sociales en las que aparecía en su domicilio jugando con una cría de ligre, un cruce de león y tigresa.
El león es su símbolo. Ya que como él mismo reconoció, tuvo que defenderse en un entorno muy complicado. Creció en Moordrecht, a las afueras de Rotterdam, y jamás lo tuvo fácil. El propio delantero recuerda que se crió en a jungla, donde este animal es el rey.
Tatuajes por todo el cuerpo
Este es uno de los 47 ‘tattoos’ que luce por todo el cuerpo. Memphis (27 años) sobrevivió gracias al fútbol y a su abuelo, que le inculcó la pasión por este deporte. A él también lo lleva en su cuerpo, en el brazo izquierdo, cerca del corazón.
En su biografía ‘Corazón de león’, el deportista cuenta que en la época en la que jugaba en el Manchester United no supo gestionar su éxito.
"Jugaba en uno de los mayores clubs del mundo, vivía en una hermosa casa con piscina, con mi mejor amigo, Gigi, y conducía un Rolls Royce. Pero era infeliz (…) A veces mi frustración me hacía explotar, de pura rabia, y un día... hasta golpeé a mi mejor amigo en casa". Aquello le hizo darse cuenta de que debía cambiar.
Sin perdón
El rencor hacia su padre (de origen ghanés) que lo abandonó a él y a su madre cuando tenía cuatro años, hace que haya decidido omitir el apellido Depay en su camiseta. Nunca ha querido reconciliarse con él.
Hoy en día, el jugador es un padre comprometido, que intenta dar a su hijo su hijo, Dennis, la infancia que él nunca tuvo.
Transformando el dolor en motivación, Memphis pintará ahora los colores de su león de azul y rojo.