Un PSG con disfraz de verdugo

Los proyectos modernos, como el del PSG, necesitan tiempo y derrotas para crecer como entidad. El PSG comenzó a forjar su camino en la Copa de Europa tras el 6-1 ante el Barcelona de 2017. Llegó otro revés ante el Real Madrid y la culminación del crecimiento se produjo en 2019 contra el Manchester United. Ahora, más allá de ser un equipo lleno de individualidades, es un colectivo que no depende de sus mejores jugadores, como Di María y Neymar. Pochettino no sorprendió a nadie con su alineación. Fue firme y salió con lo que tenía, ni más ni menos.

El PSG jugó un partido extraordinario en el Camp Nou. Con una final de Copa de Europa a sus espaldas, estos jugadores ya saben lo que es sufrir en los momentos límite y sobreponerse a situaciones muy complicadas. Le pasó en Lisboa contra la Atalanta y hoy ante el Barcelona. Los de Koeman se pusieron 1-0 en el marcador, pero el PSG reaccionó.

Marquinhos, Verratti, Paredes… Muchos jugadores brillaron, pero el elegido fue Mbappé. En su primera visita al Camp Nou, el francés marcó un hat-trick y fue una pesadilla para la defensa del Barcelona. Si hace dos años pedía más responsabilidades a su equipo para intentar liderar el proyecto del PSG, hoy, en uno de los grandes templos del fútbol mundial, el de Bondy realizó el mejor partido de su carrera, acercándose a la mesa en la que solo comen unos privilegiados.