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PLANETA EBIKE

Los graves riesgos de deslimitar una ebike

El sector alerta sobre las consecuencias de la manipulación de las bicicletas eléctricas para incrementar su asistencia.

Los graves riesgos de deslimitar una ebike

Ya hemos explicado con anterioridad en este blog que una de las características de las bicicletas eléctricas se refiere a su velocidad máxima con asistencia. Si el motor sigue actuando más allá de los 25 km/h pasa a considerarse como un ciclomotor, con todos los condicionantes legales que ello supone. Los fabricantes de ebikes se ciñen así a la legislación europea, aplicando esta limitación a todos sus modelos comercializados en este territorio.

Sin embargo, es una práctica relativamente frecuente que usuarios decidan deslimitar sus ebikes, bien de forma particular o con el asesoramiento de ciertos establecimientos especializados que ofrecen el servicio. Las consecuencias de incrementar la velocidad con asistencia son muchas y graves, también nos hemos referido a ellas en otras ocasiones en este espacio. Hay quien habla de libertad individual para justificar lo que en realidad supone una manipulación ilegal de un vehículo.

El sector se muestra preocupado por una tendencia que podría extenderse (sí, todos sabemos lo dificultoso de mover una bicicleta de más de 20 kilos por encima de los 25 km/h ya sin ayuda eléctrica) y alerta a los ciclistas al respecto. Tanto desde la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) como desde la Confederación Europea de la Industria de la Bicicleta (CONEBI) insisten en lo mucho que está en juego para todos de proliferar la deslimitación de las ebikes.

La definición de este tipo de vehículos es clara y todo lo que sea salirse del pliego de condiciones marcado desde la Unión Europea representa entrar en el terreno de la ilegalidad. El sector pide responsabilidad tanto a los usuarios como a los talleres que ejecutan estas manipulaciones, advirtiendo de lo pernicioso de que la catalogación de las ebikes pudiera modificarse, dejando de tener el mismo tratamiento que las bicicletas convencionales para ser consideradas como vehículos a motor, con todos los inconvenientes que supondría.

Ampliar

AMBE recuerda que cualquier ebike deslimitada se convierte de inmediato en un ciclomotor y, por tanto, requiere del uso obligatorio del casco (aconsejable siempre, dicho sea de paso), contratación de un seguro a terceros, trámite de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), prohibición de circular por los carriles destinados a las bicicletas, identificación por matrícula y homologación de seguridad correspondiente a un vehículo motorizado.

La manipulación de las ebikes puede traducirse para el usuario en serias consecuencias legales, que van desde infracciones administrativas con multas hasta delitos penales en caso de accidente, pasando por la pérdida de la garantía del fabricante o la retirada del permiso de conducir. Ninguna broma, como podemos apreciar…

La asociación gremial también realiza un llamamiento a los profesionales del sector para que renuncien a realizar, a petición de sus clientes, o a ofrecer este tipo de manipulaciones en las ebikes. Haciéndolo contribuyen a la comisión de un delito e incurren en una responsabilidad legal en caso de daños personales o materiales, además de arriesgarse a la anulación de su póliza de seguro empresarial.

No parece, por tanto, que nadie gane con una práctica que, por si fuera poco, puede influir de forma muy negativa en la imagen pública de las ebikes. Si la velocidad excesiva en caminos y pistas es un grave problema general para los aficionados al mountain bike y el resto de los ocupantes de estos espacios, añadir el peligro de bicicletas circulando con absoluta facilidad por encima de los 30 o 40 km/h (algunos se jactan incluso de superar en mucho esta velocidad) puede contribuir seriamente al deterioro de la actividad hasta su prohibición.

Así que tampoco puedo compartir el argumento de la decisión personal o los derechos individuales para justificar la deslimitación de las ebikes, porque resulta indiscutible que hacerlo afecta de manera negativa al resto de los usuarios tanto de bicicletas como de los espacios naturales. Bastantes afortunados debemos considerarnos ya por disfrutar del privilegio del pedaleo asistido en la mayor parte de las ocasiones como para necesitar además circular a ritmo de moto por donde no corresponde. El debate, por tanto, tiene poco recorrido en mi opinión…