NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Todo culé se sigue ilusionando de vez en cuando a pesar de los resultados porque cuando tienes a Messi en tu equipo sabes que algo extraordinario podría suceder. Posiblemente sea el mayor obrador de milagros de la historia del deporte, el mayor tapacarencias nunca visto. Leo ha sostenido él solo al Barça durante mucho tiempo. Con la marcha de Iniesta y los millonarios fichajes fallidos de los últimos años nadie ha sabido realmente ayudarle y formar verdaderas alianzas junto a él. El equipo ha caído con demasiado peso sobre sus hombros, sin ningún escudero de garantías a su lado que le ayudara a sostenerlo. Y claro, con Leo en horas bajas a nivel físico como se ha demostrado en este regreso a la competición, el equipo ya no ofrece casi nada. El Barça está gastado. De arriba abajo. Bartomeu está gastado, su directiva se ha ido desgastando poco a poco, la política deportiva está gastada y los recursos malgastados irresponsablemente. A pilares como Alba, Piqué y Suárez se les percibe gastados y otros futbolistas que deberían dar más, parecen gastados aunque no lo estén (Griezmann, De Jong, Artur). En el banquillo también se ve a un hombre gastado por la falta de recursos para enmendar el rumbo e ilusionar. Mirar al Barça es asistir al desgaste de todos sus cimientos mientras Messi sujeta esa mole con su genialidad. Es la historia de un desplome a cámara lenta. El equipo no ha sabido estar a la altura de Leo. Quizá sea injusto este juicio tras el confinamiento, pero cuando ves al Madrid, que sin jugar mucho, mantiene al menos un tono físico alto, te preguntas si el Barça ha hecho las cosas bien durante el parón. Todo huele a gastado desde el presidente a la planificación y lo que más duele es sentir que se han malgastado los últimos años de Messi en los que sólo Ter Stegen ha estado a su altura. Necesitamos un revulsivo de verdad y por ahí asoma Laporta, el tipo que hizo un equipo que nos hizo verdaderamente felices y que jamás apareció gastado. ¿Cómo no desear que vuelva?

Leo Messi, cansado y pensativo en un partido.
Ampliar
Leo Messi, cansado y pensativo en un partido.