Con la victoria ante el Betis los rojiblancos consiguieron el objetivo de clasificarse para la Champions, (Miguel Ángel Gil dejó de contar ovejitas y pudo descansar), algo normal si no fuese porque es la octava vez consecutiva que lo consiguen el Cholo y los suyos. Esto es una realidad. Lo de que otros lo conseguirían jugando mejor y más ofensivos son hipótesis y suposiciones, evidentemente yo prefiero los hechos. No es fácil encontrar a un entrenador que cumpla con sus obligaciones (8 años). Una demostración de que el ciclo y el mensaje no estaban muertos. A pesar de que este año ha sido el más complicado, sigo sin comprar el argumento de la transición (ahí difiero con Simeone) y sí, el de la falta de contundencia de un equipo que despertó tras el confinamiento.

Su disciplina en lo físico y la posibilidad de los cinco cambios nos hizo ver a un Atlético imponente, con un nombre propio, Llorente. A lomos del centrocampista rojiblanco, sin olvidarme de los Giménez, Koke, Saúl o Carrasco, galopó el equipo, siguiendo su presión para robar en campo contrario, sus conducciones para alargar al equipo y la sorpresa de encontrar un recurso que desconocíamos para desequilibrar partidos. En el año más difícil de la era Simeone, la fórmula Llorente salvó a Miguel Ángel de no volverse loco haciendo números. La duda será si una vez vuelva la normalidad, sea en lo físico o volvamos a los tres cambios, el Cholo siga con la intención de tener mayor protagonismo y efectivo en campo contrario. Yo con tal de que siga cumpliendo con sus obligaciones (8 años) me doy por hipersatifecho de que sea Simeone el que tenga la llave mientras su mensaje siga calando (8 años) en el vestuario.

Ahora toca preparar la Champions, donde después de leer, entre otros al Alcalde de Madrid, decir que la "Champions está peligrosamente preparada para que la gane el Atlético" creí que habían descalificado o se habían retirado de la competición PSG, City, Madrid, Barça, Bayern o Juve, porque una cosa es que te toque el Leipzig en cuartos y otra que al Atlético, previa eliminación al mejor equipo de la competición, el Liverpool, le hayan puesto una alfombra roja.