El Espanyol baja con propietario chino

Cuando Chen Yangsheng se hizo con el Espanyol, amigos pericos sintieron que les arrebataban algo muy suyo y no se auguraban nada bueno. Ahora el Espanyol ha descendido y me vuelven sus lamentos. Este descenso viene a unirse al giro equivocado que dio Peter Lim a principio de curso en su proyecto con el Valencia y al hartazgo en Málaga con Al Thani, cuya aparición fue en su momento un regalo del cielo y que ahora se ha convertido en una molestia. Eso, más el lejano precedente de Peter Lim, el pionero, y aquella pésima experiencia del Racing con el hindú Ali Syed conforman una bola de recelo a las inversiones extranjeras.

Conviene mirar el asunto con perspectiva, empezando por recordar que el Espanyol ha bajado cuatro veces antes, siempre regido por mentes locales. A diferencia de aquellos, Chen Yangsheng ha saneado económicamente el club, mal consuelo, lo sé, con la herida del descenso sangrante. Hasta 14 de los 42 clubes profesionales están ahora controlados por capital extranjero, y les va bien, regular o mal, según. Más o menos, como con mandamases locales. Peter Lim no es, de ninguna manera, peor que fue Soler, por ejemplo. Y nunca el Málaga vivió en su historia un periodo tan brillante como en los inicios de Al Thani.

Entiendo la reticencia. Un club se siente como propiedad muy castiza de la ciudadanía. Florentino contribuyó a ese mito justificando sus maniobras para eternizarse con lo de "evitar que caiga en manos de un jeque". Pero pensemos que donde llegan compradores de fuera es porque no ha salido de la ciudad el dinero necesario para pagar desastres anteriores (muy castizos, por cierto), y que el que ellos trajeron fue una inyección beneficiosa en el sistema. Luego, sí, puede llegar un descenso, algo de lo que pocos están a salvo. El Atlético bajó con un señor de El Burgo de Osma, y al poco de ganar un doblete. Quizá porque el fútbol es así.