El Real Zaragoza saltó al terreno de juego de El Sardinero sabiendo que sus más inmediatos perseguidores, el Almería y el Huesca, no habían ganado sus respectivos partidos y que podía aumentar su ventaja en siete puntos respecto al tercer clasificado. Enfrente, el colista, un Racing que se encontraba a nueve puntos de la salvación y que invitaba a pensar que el equipo aragonés, invicto en este 2020 y acompañado en las gradas por más de 1.200 zaragocistas, tenía ante sí una oportunidad de oro que no podía dejar escapar, pero la realidad fue bien distinta.

El Zaragoza no fue el Zaragoza de las últimas jornadas. Con la gran novedad en el once de Kagawa, desaparecido durante los primeros 45 minutos y sustituido al descanso, el equipo aragonés no se sintió cómodo en ningún momento. La solidez defensiva que había demostrado en los dos últimos meses no fue tal. El Racing llegó con demasiada facilidad y por primera vez en Liga en este 2020 el Zaragoza fue por detrás en el marcador, además en dos ocasiones. En ataque tampoco fue mucho mejor, ya que faltó precisión, y prácticamente lo más destacable fueron los goles de Guti y Álex Blanco, que por lo menos permiten a los aragoneses, que nunca se rinden, sumar un punto, aunque la sensación es de haber dejado escapar una oportunidad de oro.