Sainz y la carne en el asador

Recuerdos esa sonrisa cada vez que editaba un texto de Pipo López. El tío se recorría el mundo con los rallys escribiendo las hazañas de Carlos Sainz y cada vez que quería enfatizar el coraje o la capacidad de lucha del doble campeón del mundo lo ponía. Toda la carne en el asador. Es esa manera suya de escribir, una de esas expresiones propias que todos tenemos, mis compañeros que me han sufrido tantos años podrían contar varias mías. Y sonreír también. O reírse directamente. A mi lo de Pipo me hacía sentir bien. En realidad se trata de eso en la vida, de poner toda la carne en el asador, porque si tienes una buena parrilla, el mejor carbón y unos buenos chuletones de vaca vieja madurada, ¿para que dejarte nada? En este caso es así, hay talento, fuerza, ilusión y además un coche cada vez mejor en un equipo que parece haber encontrado el camino. Hay que ir a por todas. Siempre. Eso hacía el padre. Eso hace el hijo.

Hablo de Carlos Sainz, claro, el piloto de Fórmula 1 que desde hace tiempo, pero más aún este año, está demostrando ser uno de los mejores del mundo. Así, como lo leen. No tengan complejo patrio en admitirlo. En España hemos tenido un asturiano que se inventó un deporte y ahora un madrileño que tiene ya todo lo necesario para ser campeón del mundo. La carrera de Silverstone, con remontada, dejando detrás a otro genio como Ricciardo con su coche anterior... Campeón en potencia. De verdad. Y además sabe qué hacer. La carne en el asador. Así lo decía en su Instagram. Otra carrera poniendo toda la carne en el asador. Sonreí. Claro.