Marcelino fue la solución

El Valencia acabó LaLiga dónde tenía que estar y tanto le costó llegar. Marcelino tiene entre manos a la cuarta mejor plantilla del campeonato y, aunque fuera casi sobre la bocina, sus pupilos acabaron ocupando la plaza que debían y les correspondía por presupuesto y también proyecto. Pero ello no resta ni un ápice de mérito a la segunda vuelta que han realizado, en la que se han sobrepuesto a su irregular inicio, a fantasmas del pasado y a sus problemas con el gol.

Lo han hecho, además, compitiendo entre medias hasta semifinales de la Europa League y clasificándose para la final de la Copa del Rey. El Valencia ha cumplido con su objetivo en LaLiga en el año de su Centenario y cuanto menos ha honrado a su historia de ‘bronco y copero’ en los torneos del KO. Este equipo ha demostrado que nunca se rinde y en Sevilla tratará de ponerle el broche a su año. De momento, lo que su gente se llevará ya seguro es la experiencia de vida que es sentir en primera persona una final.

La clasificación para la Champions del Valencia corrobora, principalmente, la acertada decisión que en enero tomó Peter Lim. El dueño le hizo caso a su director general y mantuvo su crédito en Marcelino. Ahí muchos hubieran entendido lo contrario y los hay que se hubieran alegrado. Pero reinó un sentido común que al Valencia tantas veces le faltó -desde la era Juan Soler hasta nuestros días- y las ramas (en forma de resultados principalmente por falta de definión) no impidieron apreciar el bosque (el proyecto) y de aquella confianza en Marcelino ésta clasificación para la Champions. Marcelino nunca fue el problema; Marcelino era la solución.

Tenía que ser Carlos Soler el que marcara en Valladolid el gol que acercaba a la Champions, un Soler que de niño agitaba la bandera en Mestalla. Tenía que ser Rodrigo con su gol el que certificara la cuarta plaza, un jugador que tanto sufrió durante años y del que mucho se habló a principios de éste. Y tenía que ser con otro recital en la dirección de Parejo, tan criticado antaño como capitán en mayúsculas hoy en día. Muchos son los nombres propios que tiene este Valencia, aunque hay uno sin el cual cuesta imaginárselo. Mateu Alemany ni marca goles ni los evita, pero posiblemente sea el mejor fichaje que ha hecho Peter Lim.