Pues no, no tendremos en la final del Metropolitano a Messi y Cristiano cara a cara. Messi sigue en carrera, y tal como está no cuesta mucho verle ganador, con los suyos, de la semifinal. Anoche el Manchester salió bien, ante un Barça despistado, y hasta dio dos sustos de categoría, pero el pleito se acabó cuando le llegó un balón a Messi en su zona favorita, se fue por su diagonal, se abrió paso con un caño, aprovechó que Luis Suárez le arrastró a los centrales con su desmarque y la puso en el rincón. No tardaría mucho en marcar el segundo, aunque éste compartido con De Gea. Luego Coutinho completaría el marcador.

La victoria del Barça fue un puro ejercicio de superioridad, natural, dado que es mejor que el United, como vimos a la ida, y que además cuenta con Messi como baza segura en los casos de duda. La Juve también cuenta con Cristiano, que le marcó los tres al Atleti y ha marcado en estos cuartos en la ida y en la vuelta, pero el resto del equipo ha resultado inferior a ese Ajax que ya sorprendió en el Bernabéu y que ayer deleitó. No sé si con Chiellini y Mandzukic le hubiera ido mejor a la Juve, pero, francamente, lo dudo. Y aunque siento ver a Cristiano fuera de carrera, compensa sobradamente pensar que vamos a seguir viendo al Ajax.

Porque juega de maravilla, con un precioso fútbol combinativo arriba, quizá algo falto de colmillo, porque disfrutan tanto con el balón que les apena abandonarlo aunque sea ante la red contraria. Es lo que dicen que le pasaba a ‘La Máquina’, a cuyos componentes bautizaron como ‘Los Caballeros de la Angustia’, por su tejer y destejer del juego, retrasando el gol. Este Ajax, que tiene el encanto de los zurdos (abundan en el equipo), despierta el recuerdo del de los setenta. Es el futbol de antes de Bosman, como bien dijo Axel Torres, el fútbol de formación frente al fútbol de mercado. Durará poco, pero mientras dure es una delicia verlo.