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Susurros del Campo

Nuestro perro de caza en veda

En periodo de veda, está absolutamente prohibido sacar a los perros sueltos al campo, lo que supone que los perros pasan de un periodo de mucha actividad a otro de inactividad total

Nuestro perro de caza en veda

Termina la caza y guardamos el rifle, la escopeta y todos nuestros artilugios, pero no podemos olvidarnos de nuestro fiel compañero, nuestro perro, al que hay que seguir cuidando.

En periodo de veda, está absolutamente prohibido sacar a los perros sueltos al campo, lo que supone que los perros pasan de un periodo de mucha actividad a otro de inactividad total, y si no se sabe manejar esta situación puede tener efectos realmente perjudiciales para el animal.

Para ello es bueno tener en cuenta ciertas pautas de conducta para que el periodo de inactividad sea lo más llevadero posible, y que el perro llegue a la próxima temporada de caza en buenas condiciones.

Desde este punto de vista hay que tener en cuenta que los perros de caza son deportistas de alto nivel y las temporadas de caza y de veda son perfectas para llevar a cabo las fases de actividad y la de reposo.

Pero el reposo no debe ser absoluto, y el perro debe mantener su fondo mínimo realizando un mínimo de actividad.

Para mantener ese "equilibrio" necesario bastaría con sacar al perro al campo unos 45 minutos, dos o tres veces por semana, y dar un buen paseo.

Muchos cazadores asumen que, durante la temporada de caza, los perros tienden a estar delgados (incluso piensan que es bueno, porque cazan mejor) y que, durante la veda, es normal que estén gordos. Al igual que con el tema del entrenamiento y el reposo, es conveniente que un extremo y otro no se alejen.

Un perro bien cuidado, durante la caza tiene que mantener un buen peso, y no estar delgado. En plena temporada de caza, tendrá unas masas musculares muy fuertes, duras y voluminosas. Para que esto ocurra, la alimentación es muy importante, en cantidad y en calidad.

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Al perro se le debe proporcionar la suficiente comida para que compense la energía gastada durante la caza, y también la consumida por el mantenimiento de la temperatura interna y el propio metabolismo del animal.

Por el contrario, las necesidades calóricas del mismo perro en reposo, descienden.

Lo ideal sería alimentar al perro con un pienso de mantenimiento durante todo el año, si el ejercicio es moderado o estamos en veda, bajaremos la cantidad diaria.

En el caso de que sea muy elevado, basta con aumentar la cantidad de pienso de mantenimiento para ajustarlo al aumento de las necesidades calóricas de nuestro can.

Está demostrado que las dietas prolongadas altas en proteínas, terminan perjudicando el riñón, y por tanto acortando la vida del animal.

Nuestros perros de caza forman parte de nuestras familias, los cuidamos, protegemos y queremos.

La imagen del cazador que se desprende de sus perros de caza al final de la temporada de caza, no es real.

Vamos a demostrarlo.

Salud y buena caza