Joaquín no es del Betis, es de todos

500 en Primera. Joaquín jugó el pasado domingo su partido número 500 en Primera. Es sólo un número, pero significa mucho: 500 se queda pequeño para contar sus regates ("Joaquín, la finta y el sprint"); 500 serán, mínimo, los chistes que ha contado a sus compañeros en el vestuario o 500 bailes o 500 capotazos al aire o 500 las sonrisas que ha sacado a otros tantos niños cuando le piden un autógrafo. Pero no son los números los que hacen grande a Joaquín. Es su carisma, su personalidad, su naturalidad, su forma de afrontar su carrera como deportista de élite, asegurando que pocos habrá que disfruten tanto como él con lo que hace. Porque Joaquín es como ese amigo que todos tenemos y al que queremos por encima de todo. 

Una base científica. Ya ha entrado en el top de jugadores con más partidos en Primera, que lidera Zubizarreta con 622, y los siguientes que tiene a tiro son Miquel Soler (504), Xavi (505) y Casillas (510). Cifras que puede superar sin problemas porque, como ya advirtió su padre, Aurelio Sánchez, hay una base científica que lo garantiza: "Siempre lo he dicho. Joaquín puede jugar hasta los 40 años por su genética. La clave reside en la leche materna, ya que hasta los seis años se enganchaba al pecho de su madre". En este momento, sólo tiene 37 años.

Al Betis. Mucho ha llovido desde que en 1997 llegó a la cantera del Betis, después de haber comenzado a jugar primero en Los Frailes, Los Barrios y el colegio Safa San Luis. Seguro que también más de 500 veces hizo el recorrido por carretera entre el Puerto y Sevilla con su querido tío El Chino. Así recuerda Miguel Valenzuela su llegada: "El que estaba con nosotros era Ricardo. Nos preguntó un día si su hermano pequeño Joaquín podía venir a probar". Valenzuela fue técnico del primer equipo juvenil del Betis con el que Joaquín ganó una Supercopa y una Copa del Rey de juveniles en 1999. "Me dijo que era mediapunta. No tenía ni idea e iba donde iba el balón, pero cuando lo cogía tenía algo especial. Nos lo quedamos. En las semifinales de la Copa le ganamos al Barcelona 1-4. Formó un lío y dio los cuatro goles. El presidente Núñez y Van Gaal bajaron al vestuario a felicitarle", recuerda Valenzuela.

El regreso. Después de aquello, su llegada al primer equipo con Fernando Vázquez, en 2000; su enfado con Lopera que le mandó al Albacete para no dejarle fichar por el Madrid; los 25 millones que pagó por él el Valencia; su segunda juventud en el Málaga; la experiencia italiana y su vuelta a casa aquel 1 de septiembre de 2015, cuando 20.000 personas le esperaban en el Villamarín. El día en que, por primera vez, casi ni pudo hablar porque estaba emocionado. Y hoy con Quique Setién disfrutamos del mejor Joaquín, porque Joaquín no es sólo del Betis, es un poco de todos.