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SUSURROS DEL CAMPO

Apaga y vámonos… (de caza)

Hoy no quiero escribir de lances, de pasión, de campo, de perros, ni tan siquiera, de mi forma de vida, ni de los que tanto odio nos tienen (con nombres y apellidos), ni por supuesto quiero hablar, del desafortunado video que se ha hecho viral esta semana, para desgracia del rehalero y de sus valientes guerreros.

Apaga y vámonos… (de caza)

Hoy no quiero escribir de lances, de pasión, de campo, de perros, ni tan siquiera, de mi forma de vida, ni de los que tanto odio nos tienen (con nombres y apellidos), ni por supuesto quiero hablar, del desafortunado video que se ha hecho viral esta semana, para desgracia del rehalero y de sus valientes guerreros.

Después de unos días muy intensos en medios de comunicación, para mí el protagonista sin duda alguna de todo lo acontecido, ha sido el cisma que se ha generado dentro del sector de la caza, entre nosotros mismos, entre los cazadores. Y si no estamos unidos, "apaga y vámonos", pues estamos jodidos.

Si no entienden que la palabra caza y conservación SIEMPRE van unidas, o que un furtivo NUNCA es un cazador ¿Van a entender lo que cada uno de los perros que componen una rehala supone para el perrero? No.

Vivimos en el siglo de la falsa moral, de la hipocresía, donde vale más una mentira que una cascada de verdades, en la que el odio es el compañero de la ignorancia y en la que la demagogia se vende muy barata en redes sociales y medios de comunicación.

Por el comportamiento de esta sociedad parece que nos hemos quedado anclados en el medievo. Vivimos en la época de perseguir y machacar al que no comparte las mismas ideas que nosotros, amenazando, insultando e incluso agrediendo. Eso sí cuando llegamos a casa, hacemos que nuestros hijos tomen conciencia sobre el bullying.

Nos entristecemos cuando nos dicen que una especie está en peligro de extinción o el océano lleno de plástico, pero cuando salen los niños del Tercer Mundo muriendo de hambre, cambiamos el canal. O cuando un niño enfermo dice que quiere ser torero, se le desea la muerte.

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Un accidente de caza en el cual fallece por desgracia un cazador, pasa a ser motivo de alegría, pero si es un animal el que sufre un accidente..., ahora sí, normalizamos que cientos de personas pierdan la vida en las carreteras, que las drogas quiten la vida a jóvenes de nuestro entorno, y así, un sinfín de ejemplos.

Si soy cazadora, y el vídeo del pasado fin de semana me resulto muy duro, pero sé que esos perros seguían su instinto. Pero aún más duro me resulta ver como se pretende defender la vida de un animal deseando acabar con la vida de un ser humano. Triste realidad que se ve alentada por políticos y personajes de tres al cuarto que viven de subvenciones públicas.

¡Salud y buena caza!