Zverev, el nuevo mesías
Alexander Zverev rozó la perfección en Londres y levantó su primera copa de maestro tras maniatar a Djokovic en la final y Federer en semis.
Alexander Zverev rozó la perfección en Londres y levantó su primera copa de maestro. En su segunda participación en el torneo, con solo 21 años, el alemán maniató a Djokovic en la final con la misma solvencia que el día anterior lo hiciera con Federer. No le pesaron los once títulos de maestros que suman ambos, ni las preferencias del respetable, tan acostumbrado a las hazañas de estos, y acabó embolsándose 1.300 puntos ATP y dos millones y medio de dólares. Coge el testigo de su compatriota Boris Becker, extécnico del serbio y campeón en tres ocasiones del torneo más glamuroso de la temporada. La última vez en 1995, año y medio antes de que el pequeño Zverev llegase al mundo. Acaba el año cuarto, a 35 puntos del suizo... aunque ya fue tercero apenas hace un año.
En su sexta temporada como profesional (2013) suma diez títulos individuales (San Petersburgo, Montpellier, Múnich (2), Roma, Washington (2), Canadá, Madrid y Londres), en todo tipo de superficies y condiciones: dura al aire libre (3), tierra batida (4), y dura cubierta (2). Lo que define a la perfección su tenis polivalente, que tiene sus pilares en el servicio y un agresivo y sólido juego de fondo. Además, suma victorias ante algunos de los mejores de la última década. A Djokovic le ha ganado las dos finales que han disputado y mantiene un 2-2 en el 'cara a cara'. Con Federer marcha 3-3 en total, con un 1-1 en finales y un 2-0 a su favor en duelos semifinales. Con Nadal de momento no puede (0-5), aunque tres de ellas fueron sobre arcilla (¿quién puede ahí con Rafa?). En dura no juegan desde los treintaidosavos de Australia 2017 y el balear necesitó llegar al quinto set... Eso sí, de momento se le atragantan los grand slams por la dureza de los encuentros al mejor de cinco sets. Su mejor resultado son los cuartos de final de Roland Garros de este año.
Recuerdo una conversación con Óscar Borrás, técnico creador del método Top Ten System, hará ya unos dos años, en la que me explicaba que la diferencia entre los jugadores top ten y el resto no se debe a cuestiones técnicas, sino tácticas. Una conclusión a la que llegó tras años de análisis de datos de los mejores jugadores del circuito. Borrás fija su mirada en los errores de dirección, los golpes enviados a la red y las series de puntos que los tenistas son capaces de encadenar. Ya entonces sus datos apuntaban a que el único tenista que podía coger el testigo del nº 1 frente al 'Big Three' era Alexander Zverev. Hoy él parece el líder indiscutible de una generación muy notable de tenistas que algunos se empeñan en ridiculizar y hacer de menos al compararla con la de Nadal, Djokovic y Murray. ¿Cuándo van a dar el salto los Khachanov, Coric, Edmund, Tsisipas, Medvedev, Chung, Shapovalov, De Miniaur, Pouille, Kyrgios, Jarry, Tiafoe?, se preguntan... Bueno, pues todos ellos están entre los 50 mejores del mundo y muchos ya estrenaron su palmarés profesional y lucen victorias ante rivales top ten.
Djokovic | Zverev | |
Series encadenadas | 9 | 13 |
Errores de dirección | 7 | 7 |
Errores en la red | 14 | 11 |
¿Cuántos lectores de este artículo pueden presumir de ocupar un ranking similar en su profesión y de codearse con los números 1, 2 y 3? Me temo que pocos o ninguno... Y lo mismo sucede con la generación intermedia, a la que esos mismos agoreros ya dan por muerta y fracasada, en la que figuran tenistas como Thiem, Nishikori, Swartzman, Raonic, Dimitrov, Goffin, Carreño, Harrison... Conviene no olvidar que hablamos de tenis, probablemente uno de los deportes más duros del mundo, tanto por la dificultad técnica, como por la exigencia física, psicológica y del propio calendario. Ambas generaciones ya están ahí y están para quedarse. Y gustos aparte, Zverev sigue pareciendo el más fiable de todos ellos. El señalado para acabar con el reinado del 'Big Three'. Aunque el tiempo juega a su favor no será fácil. Pero las dificultades del camino pueden hacerle mucho mejor de lo que hoy es.