Cada jornada que transcurre nos lo creemos más. No nos hemos resignado a ser la sorpresa del campeonato sino que vamos superando barreras y obstáculos de forma imparable. Con estadísticas de récord y con números de campeonato, este Espanyol que a todos nos hace vibrar, acude al Ramón Sánchez Pizjuán con la moral por las nubes y con el reto de demostrar que vivimos inmersos en una espriral de ambición que no quiere verse frenada.

Sevilla es nuestra próxima estación. Un partido siempre difícil pero en el que podemos asestar un gran golpe de autoridad para todos aquellos incrédulos con el cuadro periquito. No obstante, el gran triumfo del Espanyol ya se ha alcanzado y consiste en haber transformado la mentalidad de un equipo triste y monótono en un conjunto valiente, reconocible e inconformista. Todo ello con una plantilla muy parecida a la de la campaña anterior.

Este Espanyol no de plantea límites y su afición - históricamente muy sufrida - no quiere frenos a esta ilusión desbordante que se vive en Cornellà-El Prat, fruto de una de las metamorfosis deportivas más dignas de estudio que nos podamos encontrar.

Tenemos nuevos retos por alcanzar y grandes mitos históricos poor derrotar. Queremos seguir creciendo y aspirando a todo. No en vano, esta temporada estamos superando todos los obstáculos y maleficios históricos. Queremos seguir vibrando.