Una tarde de verano de 1959, en su Limanes natal, José Manuel Fuente Lavandera, también conocido por el apodo familiar del Tarangu, se dirigía a un gimnasio para apuntarse a clases de boxeo, un deporte que generaba pasión por esos tiempos. Ya se le había pasado la fiebre por el fútbol, que practicó en el Lúber de Colloto. De camino se encontró con su amigo Paco Cubillas: “Vente a montar conmigo en bici”. El Tarangu, que aún tenía 13 años, aceptó el juego. Y le gustó tanto, que se olvidó del pugilismo para siempre.

Cubillas contagió a Fuente su admiración por Federico Martín Bahamontes, que además ganó el Tour de Francia aquel mismo año. Un maestro de José Manuel visitó a su padre, Jesús, para informarle de la vocación de su hijo y para ofrecerle una bicicleta de paseo por 200 pesetas.

Cubillas y Fuente rodaban todos los días, paraban en los bares para buscar viejos periódicos del Tour. Entonces se enteraron de que Bahamontes correría en septiembre el Critérium de Oviedo, junto a otros ases como Darrigade, Van Looy, Anquetil... Lo presenciaron boquiabiertos.

Dos años después, Fuente disputó su primera carrera en la zona con una bici alquilada y vestido con un bañador y una camiseta de fútbol. Anduvo fugado, pero luego se hundió. Genuino. Cuando la Vuelta a España pasa por Asturias, es obligado recordar a su doble campeón (1972 y 1974).