SUSURROS DEL CAMPO

Primeros pasos del adiestramiento del perro de caza

En este blog me gustaría, desde mi experiencia, dar unas pinceladas sobre el adiestramiento básico del que se va a convertir en nuestro compañero inseparable: nuestro perro de caza.

En este blog me gustaría, desde mi experiencia, dar unas pinceladas sobre el adiestramiento básico del que se va a convertir en nuestro compañero inseparable: nuestro perro de caza.

Sin lugar a dudas, la empatía con nuestro cachorro debe ser una condición clave a la hora de empezar con el adiestramiento. La edad idónea, por lo general para llevarlo a cabo, oscila entre los 8 meses y el año de edad (siempre teniendo en cuenta la madurez del perro).

Antes de comenzar con el adiestramiento de nuestro perro para la actividad cinegética, sea de la raza que fuere, lo más importante es que esté perfectamente sociabilizado.

El contacto con nosotros y todos los miembros de la familia es de vital importancia para la sociabilización. Es decir, tenemos que empezar por socializar de forma positiva a nuestro cachorro, y una vez sociabilizado podemos empezar con el adiestramiento.

Cuando me refiero a adiestrar de forma positiva es porque siempre trabajaremos con el adiestramiento en positivo. Nada de castigos, de presiones ni de llevar a nuestro can al límite psicológico. Todo lo contrario, el adiestramiento se basará en premios.

Cada acción lleva su reacción: un comportamiento acertado será premiado con una caricia, expresiones positivas y, para el que prefiera, algo de comida. Al contrario, cuanto la aptitud de nuestro compañero no sea correcta, no castigaremos; sencillamente, no premiaremos. Su conducta les irá enseñando cuál es la forma para conseguir su "premio".

Pues bien, dicho esto entramos en materia. Para entrenar a un perro de caza hay que llevar a cabo una sucesión de técnicas de cobro y de búsqueda. Si se realiza un entrenamiento rutinario con ejercicios, y con este método positivo, lograremos formar un gran perro cazador que, sin duda, nos dará muchas alegrías en nuestras jornadas en de campo.

Los ejercicios de sujeción son también fundamentales en el adiestramiento de este tipo de perros para que no se alejen y puedan dar rienda suelta a su instinto cazador bajo la atenta mirada de su amo. Esa mirada llena de complicidad entre el perro y el dueño que solo entendemos los que lo vivimos y que viene siendo lo más parecido a hablar con la mirada.

Siempre nos podremos ayudar de instrumentos básicos para poder llevar a cabo correctamente el adiestramiento, que son: collar eléctrico de adiestramiento una correa extensible, un detonador, una larga cuerda de manejo, un rodillo de traer que nos ayudará con el cobro y un silbato doble, con un tono fino para llamar al perro y un sonido más fuerte para corregir errores durante el entrenamiento.

Acostumbrarse al ruido

Cuando vayamos a acompañarnos de nuestros perros para la caza con armas de fuego, será conveniente acostumbrarlos desde cachorro a los ruidos y golpes secos con el fin de que no se asusten posteriormente de los disparos.

Que el perro no asocie desde temprana edad los ruidos con algo negativo será fundamental para el ejercicio de la caza en la que, con mayor o menor frecuencia, se pegan tiros. Dar palmadas fuertes o incluso dejar caer objetos de forma periódica, mientras el cachorro come o recibe una recompensa, ayudarán a que asocie los disparos con algo positivo.

En el campo será cuando empleemos el detonador, y siempre de manera que ese ruido se asocie a un estímulo positivo como es la carrera o vuelo de una pieza. Si previamente lo hemos acostumbrado a escuchar ruidos, las sesiones en el campo serán coser y cantar, aunque en esto de los ruidos influya mucho el carácter del perro y según sea así deberemos actuar.

Ejercicio de cobro

Como su propio nombre indica, este ejercicio es el procedimiento por el cual los perros de caza aprenden a traer a su dueño las presas vivas o muertas a las que el cazador ha disparado.

Para ello, distinguiremos entre portar y cobrar.

Portar es que el perro aprenda a recoger y llevar el rodillo o la pieza, mientras que cobrar es que asocie el hecho de entregárnosla y lo haga. Debemos intentar que este doble ejercicio sea un juego para él y que, a su vez, llame mucho su atención, por lo que las sesiones serán cortas y estimulantes.

Que el perro pasee con el rodillo lo conseguiremos con la correa de adiestramiento, hasta que el perro se acostumbre a llevar el rodillo en la boca sin soltarlo. Podemos premiarle cada vez que recojamos el rodillo de su boca.

Una vez conseguido este paso podremos pasearlo con la cuerda de adiestramiento o con el collar eléctrico de adiestramiento para que no se aleje demasiado

Cuando el perro ya busca el rodillo y lo trae sin ningún problema se le empieza a introducir en los primeros olores de caza. Utilizaremos piel de liebre, conejo (importante salarla previamente) o de algún ave, que ataremos sobre el rodillo para empezar a utilizarlo en los ejercicios. El perro, automáticamente, relacionará su rodillo con el olor de los animales que luego cobrará en tiempo de desveda.

Búsqueda cruzada

Este ejercicio consiste en que el perro aprenda a buscar de izquierda a derecha la presa en el terreno que tenga disponible. Para ello, se utilizará una correa extensible que mida unos 30 metros sin que se enrede fácilmente. Así podremos ir corrigiéndole cuando no busque la pieza adecuadamente, dándole un tirón a la cuerda o con el silbato de corregir. Eso ya "para gustos, colores".

Recordad siempre, siempre, premiar a vuestro perro, ofrecer estímulos positivos. El mejor de nuestros compañeros nos regalará momentos inolvidables tanto el campo como en el día a día, así que nuestra máxima será: adiestramiento en positivo.

¡Salud y buena caza!

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