En el Málaga no hay más tiempo que perder

El Málaga cerró una temporada horrible con otra derrota, la vigesimoctava del curso. Fue una pachanga. Un partido sin intensidad, sin ritmo. El Málaga estaba ante la oportunidad de abandonar el farolillo. Pero este equipo no está para nada. Como el club, que continúa hecho unos zorros a la espera de que el presidente conceda plenos poderes por escrito a Muñiz y el gran clavo ardiendo al que suspira agarrarse el malaguismo asuma el timón de la entidad y del proyecto. La disponibilidad a aceptar las exigencias de Muñiz existen. Pero el asturiano, vistos los últimos precedentes, hace bien en pedir garantías por escrito. Hay que meter el bisturí a fondo y ello sólo será posible con plenos poderes.

También está por concretarse la salida de Mario Husillos, a quien acompañarán en su adiós algunos de sus ayudantes. En Inglaterra le colocan en el West Ham. Pellegrini negocia su fichaje por el club británico y reclutaría al argentino (ayer tampoco estuvo en el palco), al que ya fichó para el Málaga en 2012. No hay más margen para la demora. El Málaga se sabe carne de Segunda desde hace casi tres meses y a día de hoy no hay puesta ni una sola piedra del proyecto que viene. A este paso, se corre el serio riesgo de que el ascenso pronto se convierta en un sueño más que en una opción real.