Los Laureus debieron premiar a la doble R: Federer y Nadal
En 2017 volvieron tras sendas lesiones, se repartieron los Grand Slam, regalaron cuatro nuevos duelos de una saga inolvidable y coparon las dos primeras posiciones del ranking ATP.
No cabe duda de que el suizo tiene por méritos propios un lugar de honor entre los mejores deportistas de todos los tiempos. Sin embargo, los Laureus perdieron una oportunidad histórica de haber puesto en valor una de las rivalidades más grandes y bellas de la historia del deporte. En 2017 Roger Federer y Rafa Nadal volvieron a las pistas tras meses en el dique seco por lesión. Y ambos, superada la treintena, volvieron a repartirse los Grand Slam como acostumbraban años atrás, regalaron a los aficionados cuatro nuevos duelos de una saga inolvidable iniciada en 2004 (15-23) y que parecía ya acabada… Y terminaron el año copando las dos primeras posiciones del ranking ATP. Ambos son un espejo en el que se miran millones de niños en el mundo por su personalidad, su fortaleza mental, su competitividad, su capacidad de aprendizaje y su gestión de las victorias y las derrotas.
El propio Federer se acordó de su amigo Nadal al recoger el premio: "Rafa consiguió el número uno antes que yo. Hemos librado grandes batallas y siento que me ha hecho mejor jugador. Él también merecía estar aquí. Es un jugador increíble, un amigo y quiero compartir el premio con él". Esta declaración sincera honra tanto a Federer como descubre la falta de tacto y visión de los premios en esta edición. Ojalá los Premios Princesa de Asturias recojan el guante…
Mucho menos relevante me parece el enésimo ninguneo que los Laureus hacen al fútbol a ojos de muchos... En los deportes de equipo los premios individuales son siempre relativos y el deporte rey ya tiene múltiples premios con mucha mayor exposición mediática que los Laureus. En menos de un mes ya empezaremos a escuchar voces que pidan el Balón de Oro o el The Best para Messi, Neymar o incluso Cristiano…