Desde que Froome es Froome, desde aquel 2013 en el que conquistó su primer Tour, nunca había empezado tan flojo la temporada. Un 7º puesto en la etapa de Allanadas, un 11º en la contrarreloj de Barbate y un 44º en la general final son los discretos números que ha coleccionado en la Vuelta a Andalucía. En los últimos años, lo más parecido lo encontramos en el reciente 2017, cuando acabó 6º en el Herald Sun Tour. Entonces ya avisó de que quería arrancar más despacio la campaña, para no desgastarse más de la cuenta ante el tremendo desafío que tenía por delante: el doblete Tour-Vuelta.

Pero si indagamos más atrás, Froome siempre había comenzado fuerte y con victorias. En 2013 y 2014, ganó una etapa y la general en el Tour de Omán; en 2015, hizo lo propio en Andalucía, y en 2016, tuvo idéntica cosecha en el Herald Sun Tour. Esta mirada a su comportamiento anterior en la primera carrera de la temporada me conduce a tres deducciones. O bien ha querido estrenarse lento y relajado ante el reto Giro-Tour que se le avecina; o bien está mentalmente consumido por la presión que está soportando por su positivo con salbutamol; o bien ha ido con el freno de mano echado, sabedor de que los resultados que consiga pueden ser anulados por una inminente sanción.

Sea por la razón que sea, mi opinión desde este blog Pedaladas es que lo mejor hubiera sido que no hubiera participado en la Ruta del Sol. Por el bien general del ciclismo, y por el bien particular de los organizadores, de los patrocinadores, del resto de ciclistas, de su equipo y de sí mismo. No es bueno competir con un asterisco que sostiene: ‘Pendiente de resolución’. Tiene derecho a defenderse y a un proceso justo, por supuesto. Pero un equipo como el Sky y un ciclista como Froome, que tanto han abogado por la limpieza, deberían ser más cuidadosos con los daños colaterales.

De entrada, una consecuencia ha sido que durante la Vuelta a Andalucía se ha hablado y se ha escrito más sobre Froome que sobre el desarrollo deportivo de la carrera y sus protagonistas: Wellens, Landa, Poels, Soler, Modolo, De la Cruz… Ellos han sido las primeras víctimas de la alargada sombra de Froome. Habrá más.

Durante la semana, tampoco yo he podido abstraerme de su presencia en Andalucía y escribí dos columnas en AS. Aquí os las dejo:

Federer y Froome: héroe y villano

Froome y la lenta justicia