No sé qué puede pasar por la cabeza de Nikola Mirotic en estos momentos, pero sí que os puedo decir lo que pasaría por la mía si estuviera en su lugar. Un posible traspaso me dejaría un sabor agridulce. Por un lado, que en tu trabajo quieran prescindir de ti, o intercambiarte por otro, no es plato de buen gusto para nadie: te ataca directamente al ego. Pero... si el ambiente está viciado y has tenido problemas con algún compañero, seguramente hasta lo agradeces. Sobre todo si ese compañero te mandó al hospital y ha hecho que estés de baja casi dos meses.

Los Bulls no están para tirar cohetes ni para subir grandes cotas en los próximos dos años (es lo que firmó Mirotic este verano, aunque el segundo es opcional del equipo). Son un equipo en destrucción (el traspaso de Jimmy Butler) antes de ¿la reconstrucción? Otro punto a favor del traspaso. Junto a Nueva York y Los Ángeles, Chicago es uno de los grandes mercados de la NBA, pero el futuro de Mirotic, uno de los jugadores mejores pagados de la plantilla, parece que no está allí. El hispano-montenegrino, con derecho de veto a cualquier traspaso, tiene la última palabra. Pero creo que un cambio de aires podría ser lo mejor para todos.