Algunos jirones de piel
Hoy visitamos el vetusto Molinón, uno de los escenarios más calientes de la jornada y probablemente uno de más complicados a estas alturas. A ojos de los sportinguistas se nos ha puesto cara de tabla de salvación, penúltimo tren o último cartucho, elijan la metáfora que quieran. Una ciudad que es muy de su equipo va a conjurarse para desplumarnos. El Espanyol por contra, debe esforzarse para hallar motivación en este partido a contrapelo, cuando ya todos sus aficionados tienen la vista puesta en el derbi y no de reojo, sino relamiéndose ante la ínfima posibilidad de ponerle la zancadilla al eterno rival. Todo ello obviando que hoy nos espera un partido donde el equipo no puede permitirse no comparecer, o hacerlo a medias, como sucedió en Bilbao con nefastas consecuencias. Además, la relativa distancia con las plazas europeas hace que tampoco se pueda renunciar a las mismas, no sea que cualquier traspié las ponga a tiro y nos pille con la escopeta en casa. Para que te toque la lotería, como mínimo debes comprar el décimo. Con ese espíritu vamos hoy a Gijón, conscientes de que el precio del boleto incluye varios litros de sudor y algunos jirones de piel. El resto de la epidermis, la guardamos para el sábado.
Pese a la derrota ante los colchoneros, las credenciales con las que acudimos al envite de hoy son buenas. Le miramos largo rato a los ojos al Atleti, y solo se nos fue el partido en un pestañeo. Lo que fue del gol de Griezmann al tiro al muñeco de Baptistao. Lo que hubo antes, e incluso después, fueron dos equipos muy parejos. Curiosamente, ante el Atleti hemos firmado los dos mejores partidos del curso. Igual nos va el rojiblanco. Esta noche lo comprobaremos de nuevo.
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