Bastian Schweinsteiger afronta la recta final de su carrera. El centrocampista del United no termina de recuperarse de sus problemas físicos y no se presenta al nivel de su mejor época en el Bayern. Es lo normal, los años no pasan en balde, pero Joachim Löw era consciente de ello cuando decidió incluirle en la lista para la Eurocopa. Es cierto que Kroos y Khedira son la pareja que aportan más a nivel futbolístico, pero Schweinsteiger es clave por un motivo.

Lo puso a prueba en la final del Mundial, jugando con molestias, sufriendo todo tipo de entradas e incluso sangrando del ojo, pero Schweini no cesó. Su espíritu contagió a todo el equipo bávaro hasta que terminó alzando la Copa del Mundo. Partidos como el de esta noche no se deciden solo por fútbol, sino también por espíritu, valor principal que le convierte en una de las piezas más valiosas para Löw.