Compromiso de Cristiano
El Madrid nunca debió llevar la emoción y el sufrimiento tan lejos en esta eliminatoria. Tanto en Manchester como en el Bernabéu mereció y debió sentenciar mucho antes. La superioridad fue manifiesta. El City de Pellegrini defraudó. Defensivamente vulnerable y timorato en ataque; una pizca de Sterling, un efímero destello de Agüero y nada más, porque De Bruyne fue una caricatura. En el Madrid de Zidane habría que destacar su manejo de los tiempos y la recuperación de los valores de un equipo: la unión, el trabajo, la humildad y el compromiso.
En este último capítulo, nadie como Cristiano, el máximo goleador de la Champions, con su indudable capacidad intimidatoria y su contagiosa personalidad en este tipo de partidos. Cuando su equipo le necesitó, estuvo allí. No marcó esta vez, pero por goles en la Champions no será. Dudar del ‘7’ suele ser una temeridad, pero dudar de su compromiso es una inconsciencia.