El Barça cerró la boca de River

Millonarios de sobrenombre, pero pobres de espíritu. River fue un juguete para el Barça, en un partido que sólo le duró al equipo azulgrana 35 minutos, hasta que Messi, al que descartaron cuando tenía 12 años, hizo el primero de la final. Nada. Mucho ruido y poco fútbol, que es de lo que se trataba según habían imaginado el partido. Al equipo argentino le costaría mantener la categoría en la Primera española y por muchos aficionados que se hipotequen para defender desde la grada los colores rojiblancos, la práctica de su juego es de verdaderos gallinas, su segundo sobrenombre.

“Todo volvió a la normalidad”, aseguró Carlitos Tévez el día que Boca ganó en El Monumental por 0-1, resultado decisivo para que los Xeneizes conquistasen el torneo argentino. Pues en Yokohama, lo mismo. El Barça venía de sumar dos empates en nuestro campeonato, Neymar aterrizó en Japón lesionado y Messi se acostó el miércoles por la noche con una piedra obstruyendo su riñón y haciendo al genio humano. A más patadas argentinas, más regates, pases y goles azulgranas. Lo dicho. El Barça repitió, es pentacampeón en el curso 2015 y ayer, en Yokohama, se cerró la boca de River.