El paraíso de Víctor y Lucas Pérez

Normalmente jugar en el Camp Nou es una mala noticia para cualquier equipo. El estadio blaugrana es una prisión de alta seguridad de la que no suele escaparse ningún punto porque tiene guardianes como Messi, Iniesta o Luis Suárez. Sin embargo, en el Deportivo hay dos personas para las que es un paraíso. Una es Lucas Pérez. El coruñés marcó el año pasado el 2-1 que abría la puerta al milagro de la salvación que minutos más tarde sellaría Salomão. Aquel puntito dejó al Depor en Primera y Lucas cumplió su sueño de fichar y quedarse definitivamente en A Coruña. Esa felicidad se ha traducido ya en diez goles.

La otra es Víctor Sánchez del Amo. Fue el técnico de la proeza y ahora tiene a su equipo metido en Europa. La pasada campaña viajaba a jugarse la vida con los nervios templados, viendo el partido ante un Barça de celebración más como una oportunidad que como un drama. Puede que en parte fuese porque el Camp Nou fue talismán para él en su etapa de jugador blanquiazul. Tres veces en la historia ganó allí el Depor y en todas ellas estuvo sobre el campo Víctor. Además, fue el gran protagonista en la primera de ellas en febrero de 2001 al firmar un doblete mágico para remontar y colocar el marcador en un célebre 2-3.