Leo Messi es el líder y emblema

Si en enero le dicen al culé más optimista que estaría jugando la final de hoy, no se lo hubiese creído. Con una materia prima de calidad, pero con una mezcla que no aportaba los mejores sabores, hubo precipitados que anunciaron el despido de Luis Enrique tras el ridículo de Anoeta (también hay que recordar el partidazo de Rulli) que luego se quedaron sorprendidos por la reacción del equipo ante la visita del Atlético (3-1). Desde entonces el Barça vuela. Vuela y juega. Y juega muy bien. Cada vez mejor y liderados por Messi. Eso es así. Tan así como que Leo es el líder natural de un Barça que ya lleva la etiqueta que anteriormente fueron concedidas a Rijkaard, Ronaldinho, Pep, Tito, etc…

Messi es el líder, el hombre que genera la ilusión y sentencia a los rivales, el tipo que si estornuda hace que todo el barcelonismo tenga la sensación de estar constipado y que si su relación con Luis Enrique es buena (que lo es), los culés se quitan un peso de encima. La historia permitió que Jesse Owens desafiase al nazismo en los Juegos Olímpicos de 1936 (cuatro oros) o que incluso, John F. Kennedy pronunciase el 26 de junio de 1963, en plena guerra fría “Ich bin ein Berliner” (yo soy berlinés). Y eso es lo que quiere Messi, sentir que deja su huella en la capital alemana y sumar otra Champions en su palmarés (la cuarta, aunque la de París en 2006 no la considera suya, ya que no participó por lesión) y darle la quinta al club, la entidad que en su día apostó por él y de la que hace pocos días reconoció que “por eso la quiero mucho”. Berlín debe seguir a Londres, París y Roma, capitales europeas que se sienten orgullosas de mezclarse con el emblema y el líder culé: Leo Messi.