El fútbol le debe una Champions a la Juve

Allegri no te queremos, hombre de mierda”. Este fue el desagradable cántico que los tifosi de la Juventus le dedicaron el pasado 16 de julio de 2014 a su nuevo entrenador. El inesperado adiós de Conte causó desesperación y miedo: su sucesor, para los aficionados, no estaba a la altura y además su pasado rossonero le convertía en un enemigo. Sin embargo, gracias a su orgulloso carácter toscano, Allegri no se asustó: sabía que con el trabajo había transformado estos insultos en elogios. Menos de un año después, de hecho, está a un paso de convertirse en el mejor entrenador de la historia bianconera: conquistó después de 20 años el doblete doméstico (Scudetto-Coppa Italia) y ahora se juega el triplete, algo que en Italia solamente logró el Inter de Mourinho. Su secreto fue sencillo: él tenía en la cabeza un 4-3-1-2 más europeo para triunfar a nivel internacional, pero no desmanteló el perfecto 3-5-2 construido por Conte, adaptándolo poco a poco a su idea de fútbol.

Ahora tiene un equipo que sabe crear juego pero también destruir la iniciativa rival, y será precisamente este el plan ante el potencial ofensivo del Barcelona. Será complicado y en Italia nadie ve a los bianconeri como favoritos, pero hay algo que hace soñar: el fútbol le debe una Champions a la Juve. Parece casi injusto que un equipo tan glorioso únicamente haya conquistado dos, con nada menos que cinco finales perdidas. El escenario, además, es mítico: en 2006, Italia ganó en el Olympiastadion su cuarto Mundial y, poco después, la Juve de Buffon descendió a la Serie B por el conocido escándalo del Calciopoli. “De Berlín a la B, de la B a Berlín”, le comentó Del Piero a sus excompañeros. Un triunfo allí sería el final perfecto...