Debería ser el Presidente de Honor

Paco Gento. La Galerna del Cantábrico. O el hombre de las seis Copas de Europa. Todo vale para denominar a este futbolista de leyenda que se convirtió en estilete de aquel Madrid imperial de los años 50 liderado por la casta y el genio de Di Stéfano. En ese Madrid de las cinco Copas de Europa se fueron incorporando después gente como Kopa o Puskas. Pero Gento estuvo al lado de La Saeta desde el primer día (verano de 1953), afinando su velocidad endemoniada para ir puliendo su fútbol volcánico hasta convertirlo en un cuchillo jamonero que abría en canal las defensas rivales con sus penetraciones por la banda izquierda.

Por eso conviene escuchar a Paco (él es campechano y no le gusta que le llamen don Francisco) cuando habla en voz alta sobre su Madrid. Al lado de otro monstruo que en su tiempo ponía en pie al Bernabéu (Amancio), el mejor extremo zurdo de la historia del fútbol nos dejó mensajes que respiran madridismo por sus cuatro costados. Defiende el carácter templado y sabio de Ancelotti y lo compara con Molowny y Del Bosque, dos hombres de la casa. Da la cara por Iker (¡que los aniquiladores de turno se atrevan a discutir también la opinión de Gento!). Nos coloca a Cristiano como heredero natural de Di Stéfano (amén). Y compara la casta genética y mitificada de aquel Madrid mitológico con el de ahora.

Gento ganó 12 Ligas y 6 Copas de Europa en sus 18 años de blanco. Por eso tuvo tres homenajes, que le dio el club en su apogeo (1965), declive (1972) y feliz retiro (Trofeo Bernabéu de 2007). Es una pena que Gento no quiera ser el nuevo Presidente de Honor. Don Alfredo aplaudiría desde el cielo...