Traspiés de Nadal en Wimbledon ante el prometedor Nick Kyrgios

El número uno mundial y doble campeón en el All Englang Tennis Club fue superado por un potente y desconocido australiano, invitado por la organización, que firmó 68 golpes ganadores y 37 aces en cuatro sets: 7-6 (5), 5-7, 7-6 (5) y 6-3.


Después de firmar su novena hazaña en París, Nadal volvía a parecer capaz de cualquier cosa. Pero las sensaciones de su tenis no acababan de ser buenas pese a su aparente buen momento anímico. Nunca antes había tenido una temporada tan 'floja' sobre tierra batida y en su primer contacto con la hierba, en Halle, fue apeado en primera ronda por el desconocido y peculiar Dustin Brown. Un resultado inesperado que le animó a buscar feeling con la hierba en la exhibición de Hurlingham, en la que superó a Robredo, víctima hoy de Federer.

Ya en Wimbledon sufrió más de lo previsto en la primera semana, con remontadas ante Klizan, Rosol y Kukushkin. Pero fiel a su coraje e inteligencia táctica se plantó en la semana decisiva. Su auténtica especialidad. Pero ante el joven Kyrgios (el tiempo dirá lo bueno que es), salió cruz y Nadal estrenó derrota en Wimbledon superado el tradicional e incomprensible Middle Sunday. 'Tanto va el cántaro a la fuente... que al final se rompe (hasta que deja allá el asa o la frente), reza el refranero español. Habrá que ver si Djokovic es capaz de aprovechar esta oportunidad para recuperar el trono de la ATP. Para ello debe ganar y eso nunca es fácil. más si cabe en Londres, que por algo Wimbledon es la Catedral del tenis.

Sin embargo, no cabe alarmarse. En el deporte no se puede ganar siempre por muchas ganas que se tenga de abrazar la victoria. Que les pregunten a los chicos de Vicente Del Bosque, hasta ahora considerados la mejor selección de la historia. Además, si alguien encarna a la perfección el inspirador verso del poema 'If' de Rudyard Kipling ("If you can meet with triumph and disaster / And treat those two imposters just the same"), presente en la entrada de jugadores a la Centre Court de Wimbledon, ese es Rafa Nadal. Todo el que ha crecido con una raqueta a mano y ama el tenis, sabe que cuando se pierde sólo resta felicitar al contrario y desearle lo mejor. Por algo el tenis es conocido como el deporte blanco.

Wimbledon ya tiene un nuevo ídolo y una buena historia que contar para asomar la cabeza en una actualidad deportiva monopolizada por el Mundial. Como ya la encontró hace ahora cuatro años con aquel interminable Mahut-Isner, el partido más largo de la historia.

PD: Lástima que Feliciano López y Tommy Robredo también dijeran adiós al sueño de ganar la famosa copa de la la piña dorada.

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