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Sevilla 1 - Atlético 3 | La contracrónica

El Atleti, a lo campeón

En el Atleti nada ha cambiado. Los rojiblancos dieron la cara en el Pizjuán y Diego Costa demostró que tras su renovación tiene todavía más hambre de goles.

Diego Costa
Diego CostaTONI RODRIGUEZDIARIO AS

A lo grande. El Atlético ganó al Sevilla como lo suelen hacer los equipos grandes: sufriendo cuando tuvo que hacerlo, corriendo, apretando los dientes y mostrando su fútbol cuando el rival le dejó, cuando dio la más pequeña muestra de debilidad. Y eso ahora mismo diferencia a uno y otro. El Atlético es cien por cien fiable y los rivales lo saben. Sólo cambió un jugador en el once inicial Villa por Falcao, pero lo demás es lo mismo. Incluso Diego Costa al que para el Sevilla ya es el enemigo público número uno. El Atlético, con su triunfo de anoche, ratifica su condición de, como mínimo, tercer equipo de la Liga, mientras que para el Sevilla la derrota supone el primer mazazo fuerte en una temporada que se supone ilusionante para el club de Nervión. Y lo positivo para el equipo del Cholo es que todos se sintieron protagonistas, pues el técnico contó con Óliver y el Cebolla puso de manifiesto que no sólo quiere ser un digno reserva. Había expectación por comprobar la nota que sacarían los rojiblancos en su debut liguero. Para la afición lo mejor es decirle que en el Atleti nada cambie. 

Óliver. El Cholo le dio media hora en una declaración de intenciones para este curso. El canterano no fue a la gira sudamericana para hacer su particular pretemporada y ya en el primer encuentro ha gozado de minutos. Hizo una genialidad y poco a poco será un jugador importante en el equipo. El año pasado debutó en la jornada inaugural, pero apareció con cuentagotas. Ahora será distinto, ya verán.

Diego Costa. Renovó con el Atlético y marcó el primer gol oficial de la temporada. Está claro que el delantero no quiere perder el tiempo y su deseo es corroborar todo lo que hizo la pasada campaña. No era un compromiso sencillo por las viejas deudas a saldar con los jugadores del Sevilla pero a él le da igual e hizo doblete. Quiere ser una estrella de la Liga. Me acuerdo de mis amigos de la peña de Corral de Almaguer que dan vino queso y demás viandas al primer goleador del Atlético. Con lo que le ha costado al bueno de Diego Costa adquirir esa figura.

Los banquillos. Si hubo espectáculo sobre el césped en los banquillos se vivió otro encuentro paralelo con Emery y Simeone: sin sentarse ni parar de dar órdenes un minuto. El técnico local, ese que no quería ver al Atleti ganar la Copa y que tanta gracia hizo con sus comentarios despectivos hacia los dos equipos madrileños, fue de blanco y el Cholo totalmente de negro. Son dos ganadores y viven cada choque como si fuera el último. Y más en un partido de tanta rivalidad como el de anoche.

La grada. La Premier nos podrá ganar en muchas cosas, pero no en la pasión con la que el fútbol se vive en nuestro país. Hubo un excelente ambiente en el Pizjuán, con un público muy entusiasta con su equipo. Lástima que algunos pierdan las formas y no entiendan que los aficionados rivales tendrían que ir a cualquier campo sin tener que ser insultados o amenazados. Con hinchadas como las que tienen Sevilla y Atleti es difícil no pelear a muerte hasta el último instante. Lo dicho, esa pasión es cosa nuestra.

La Supercopa. Seguro que el Calderón estará a rebosar el miércoles con la Supercopa de España en juego. El lleno está casi asegurado, pues llega el Barcelona y la gente del Manzanares tiene ganas de fútbol y de ver si su equipo le puede meter mano a los azulgrana. En tres días será la parroquia rojiblanca la que dé muestras de cómo se vive un partido. Ha vuelto el fútbol. El primer título, en juego.