Murray y su punto de inflexión

Tomás de Cos

Con su épica victoria ante Djokovic en Flushing Meadows, Murray ha alcanzado la gloria que tanta ansiedad le generaba hasta ahora. Como su actual mentor, uno de los grandes olvidados de la historia del tenis por su perfil bajo, el escocés se estrenó en un major en la quinta intentona. Y finiquita así un verano inolvidable, tras el oro olímpico conquistado en Wimbledon ante Federer. Tengo la sensación de que sin ese paso previo, el US Open de su palmarés no sería hoy una realidad. Cabe recordar que el suizo había sido su verdugo en tres de las cuatro finales anteriores, incluida la de Wimbledon esta misma temporada. Sin esa madurez y confianza adquirida, ese quinto set en la ventosa Arthur Ashe podía haberse convertido en un drama tras la remontada del serbio.

Es de esperar también, que como ocurrió con Ivan Lendl, este triunfo sea el gran punto de inflexión de su carrera. La lanzadera hacia los éxitos para los que lleva tiempo preparado. Con permiso de sus grandes rivales, por supuesto. Esos que en las últimas temporadas han sido más consistentes que él durante todo el año y que siempre han gestionado mejor las emociones en los momentos delicados. El número uno vuelve a ser un objetivo para Murray, actual número tres por la lesión de Nadal. Sobre todo teniendo en cuenta su margen de mejora en la temporada de tierra batida y en los Masters 1000 de Cincinnati, Montreal e Indian Wells. Pero no será nada fácil. Hasta entonces su gran objetivo hasta final de año es la cita de maestros, que también se disputa en Londres.

“Quiero intentar ganar esos grandes partidos y grandes torneos y seguiré trabajando duro para ello. Es algo que me encantaría conseguir… Necesito seguir mejorando. Ya sé qué se siente al ganar un Grand Slam y los Juegos Olímpicos. Creo que me sentiré mejor cuando vuelva a entrenarme en la pista, sentiré más confianza en mí mismo y en mis tiros… Un poco más de confianza y experiencia en ese tipo de situaciones en grandes partidos, me ayudará. El nº 1 es el próximo paso, pero es algo muy difícil de conseguir”, dijo el propio Murray.

"Afortunadamente, no estamos ni cerca de lo que Andy puede llegar a conseguir. Ganó dos títulos grandes en este año fantástico. Estoy muy feliz por él. Es un gran logro y esperemos que pueda continuar así. Andy ha ido madurando muy bien como jugador, como un competidor, como persona. A medida que madura se siente más cómodo en esas situaciones. Por supuesto es muy importante estar en muchas finales. Cuantas más se experimentan, más cómodo se siente uno en ellas”, explicó Lendl.

La madurez alcanzada por Murray parece haber difuminado el miedo a la victoria que sienten la mayoría de los deportistas. Una gran noticia para el circuito ATP, desde ahora un poco más competitivo si cabe. Por primera vez en muchos años, la temporada acabará con cuatro campeones distintos en los cuatro grandes: Djokovic en Australia, Nadal en Roland Garros, Federer en Wimbledon y Murray en el US Open. ¿Se puede pedir más?

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