Muchas imágenes, muchas frases (Super Bowl)


Se acumulan las emociones, las sensaciones, el trabajo, las fotografías… Por eso voy a hacer una edición especial de la sección ‘Una imagen, una frase’. En realidad van a ser muchas imágenes y muchas frases. Que no tienen porqué tener relación y que se convertirán en un salpicón de ideas que no pretenden ser un resumen del partido, sino un bombardeo de impresiones. Tampoco será exhaustivo, y me puedo dejar cosas importantes en el tintero. El Packers-Steelers fue un partido muy complejo, tanto en asuntos tácticos como en su desarrollo, y es muy complicado hablar de él sin olvidarse de muchas cosas.


¿Qué es un buen partido de football? ¿Uno en el que los ataques entran en un tornado de anotaciones y el público contiene el aliento en cada jugada? ¿Uno en el que las defensas imponen su ley y se convierten en el auténtico espectáculo? A mi la Super Bowl me pareció un partido de escuela, de esos que hay que volver a ver, dentro de unos días, porque están plagados de delicatessen para el auténtico aficionado. Creo que fue un partido en el que el 90% de los errores ofensivos estuvo provocado por los aciertos defensivos.


Sí, me gustó Rodgers. No por los fuegos de artificio, que también los hubo, sino por su capacidad para sobreponerse a una defensa de los Steelers que en todo momento rompió el timing con sus receptores, cerró sus rutas de escape y le hizo pasar con mucha precipitación. 24 de 39 completados en el infierno. Eso valió el MVP.


Y me gustó Rodgers porque destruyó a los Steelers con sus pases profundos en terceros downs. Ya lo conté en la crónica, pero me parece la clave ofensiva del partido. En tercer down, y casi siempre a muchas yardas de una nueva serie, los Packers desconcertaron a sus rivales buscando el pase profundo. Justo esos eran los snaps en los que la defensa de los Steelers presionaba menos al QB y se centraba en proteger el primer down inundando de jugadores la zona corta y media de pase. Rodgers aprovechó esos respiros para ganar el partido.


Los receptores de los Packers tuvieron, en algunos momentos, manos de mantequilla. ¿Notaron la presión, la ansiedad, el miedo escénico a la Super Bowl? Insisto en que fue menos culpa suya que virtud de la defensa de Pittsburgh. La compenetración quedó rota por la presión en casi todas esas jugadas. No es fácil coger un balón que llega antes, o más fuerte, de lo esperado.


Starks no fue decisivo, pero si muy molesto. El tío se derrumba como un rascacielos en cuanto nota el abrazo del oso. Pero siempre cae hacia el lado que gana más yardas.


El ataque de los Packers no fue sostenido, pero se sobrepuso a una majestuosa defensa de los Steelers. Anotó cuando hizo falta y se recuperó de varios momentos difíciles.


Para momento difícil, el que vivieron los Packers en los minutos previos a que Matthews provocara el fumble a Mendenhall que frenó la hemorragia verde. Los Packers estaban ganando pero los rostros de sus jugadores anunciaban derrota… y lo peor es que en la banda de los Steelers se lo estaban pasando bomba.


McCarthy supo, por fin, cerrar un partido como Dios manda. En el último drive estuvo tentado a ponerse en prevent, pero tras un primer down de Big Ben recuperó la cordura y siguió asfixiando al QB rival. Cuatro intentos y final del partido.


No os quejaréis. Manolo Arana clavó su análisis de ambas 3-4. Los Packers formaban en 2-5 o 1-6 en segundos y terceros downs, mientras Matthews perseguía a Mendenhall o entraba en blitz si el RB bloqueaba. Por su parte, los Steelers blitzeaban a Rodgers por el centro mientras contenían sus vías laterales de escape.


Dicho lo anterior. No se puede poner ningún pero a ninguna de las dos defensas. Jugaron partidos maravillosos, inteligentes y fueron las grandes protagonistas.


Mientras la secundaria de los Packers consiguió dos big plays decisivos, la de los Steelers no consiguió ningún momento mágico desequilibrante. Incluso Polamalu tuvo cierta culpa en alguno de los touchdowns por no estar en su sitio.


Vuelvo a Polamalu. A algunos os parecerá oportunista, pero en los últimos tiempos no está siendo el mismo de siempre. Está fallando algunos placajes y ha reaparecido una enfermedad de su juventud: la excesiva agresividad. Como le pasaba en los primeros años, durante el partido perdió demasiadas veces el sitio, estuvo despistado y fue el auténtico ‘quemado’ en muchos de los pases largos de Rodgers. Creo que en Pittsburgh deben comenzar a buscarle heredero a medio plazo.


Big Ben sufrió dos intercepciones que fueron más mérito de sus rivales que demérito suyo. En la primera, la presión y un golpe en el brazo le desequilibraron. El balón fue donde quiso. El segundo fue un gran pase a Wallace que se dejó robar la cartera por una magnífica doble cobertura.


Volviendo a Wallace, a pesar de sus 89 yardas y su touchdown, estuvo empanado en la segunda intercepción y dejó escapar dos recepciones de las que casi nunca falla, ambas decisivas. No tuvo un gran partido.


Y volviendo a la primera intercepción, los equipos especiales de los Steelers fueron un cáncer para su equipo. Cometieron penalizaciones decisivas, y absurdas, en varios internos de retorno. Entre ellos el que retrasó el inicio del drive a una zona de riesgo en la primera intercepción, y el del drive final del partido. Yo, en concreto, pondría en la puta calle a Fox de inmediato, y además le esperaría en la puerta para darle una paliza. Perdón por el exabrupto, pero ese tío es imbécil.


Pero si te toca empezar a atacar en la yarda 7, no pasa nada por darle el balón a Mendenhall. 14 intentos de pase en todo el partido, y castigado sin balón tras el fumble. Definitivamente, estos Steelers necesitaban a Mendenhall y Tomlin aún no se ha dado cuenta.


Tampoco creo que él fuera el culpable del fumble. Matthews leyó la jugada ya antes del snap y le embistió, como un trolebús, golpeando justo en el sitio en el que el RB fue incapaz de retener un balón que llevaba perfectamente sujetado y protegido. Hace años vi una película en la que el protagonista le demostraba a una madre que es imposible sujetar a un bebé con los brazos en un choque frontal.


Y termino con Mendenhall, que estaba jugando a ritmo de MVP en las pocas ocasiones en las que tuvo el balón en las manos. La defensa de los Packers sufrió mucho para frenarle. Por fuera lo conseguían, pero por dentro estuvo a punto de romper varias veces. La línea ofensiva de los Steelers jugó mucho mejor de lo esperado.


Una de las cosas que añoro de los Steelers de Bill Cowher era su imaginación en ataque. Siempre estaba inventando jugadas espectaculares, recuperando planteamientos antiguos, o incluso escolares, y buscando la manera de sorprender. Por eso me gustó tanto ver como los de Pittsburgh sacaban una ‘option’ para culminar su conversión de dos. Una decisión muy ‘Cowher’.


Suisham llegó a Dallas escorado a la izquierda. A la siniestra se le fueron los balones en el entrenamiento previo, a la siniestra casi se le fue uno de los extra points (que además no repitieron), y a la siniestra, muy muy muy a la siniestra, se le fue el field goal fallado. Todo siniestro.


Pero más siniestro es darle ese field goal. Él era el primero que estaba seguro de fallarlo. Siempre lo he pensado. En cuarto down, por muy largo que sea, hay que jugársela entre las yardas 30 y 40 contrarias. Aún recuerdo cómo los Packers de Favre perdieron contra los Eagles un partido de play off que tenían en la mano por no jugarse un cuarto down en la 32 o 33 (que además no era muy largo) y decidir patear el balón… sus rivales empezaron a atacar cinco o seis yardas más allá de lo que hubieran conseguido con un incompleto en ese cuarto intento.


Ya se que me repito, ¡qué desastre los equipos especiales de los Steelers!


Los Packers notaron algo las lesiones de Woodson y Shields, pero fueron bien suplidos y lo que desequilibró de verdad a la defensa de Green Bay fue el ataque terrestre. Gracias a él llegaron los huecos para Big Ben.


Éste es Big Ben, con sus grandezas y sus miserias. Nunca un tipo regular, casi siempre un QB brillante. Nunca vulgar, siempre sorprendente. Jugó desconcertado y muy presionado, pero cuando despertó de la caraja, resucitó a su equipo. Algunos solo necesitan un poco de luz para despertarse. Otros no lo hacen hasta que se joroban la rodilla.


Ben se lesionó la rodilla él solo y sospecho que la lesión demuestra falta de entrenamiento. Solo es una sospecha.


Sí, tenía posesión, que nadie lo dude, pero está por llegar la primera vez en la historia en que un árbitro cambie la decisión en un caso como ese. La revisión de jugada fue ridícula porque todos sabíamos que no iban a cambiar de opinión, aunque hubieran debido hacerlo. Así es la vida.


Donde me decepcionó Roethlisberger de verdad fue en el último drive. Y más cuando me dejó en tan mal lugar. En la previa dije que era el QB ideal para una remontada in extremis. Estaba empanado, sin controlar el reloj, pasando impreciso y sin buscar la banda. Fue lo peor del partido. Decepcionante.


Si en ese último drive hubiera habido más emoción, quizá hubiera cambiado la percepción que tenéis algunos de que no fue un partido tan espectacular. Creo que los 58 minutos anteriores hubieran merecido que la Super Bowl hubiera vivido su climax en la end zone de los Packers. Con un touchdown o una intercepción en el último segundo, pero siempre con una conclusión más épica.


Todo el partido todos mirando a la pantalla gigante del estadio. Creo que esa pantalla tiene gran parte de la culpa de la mala temporada de Dallas. Impide que los jugadores se centren en el partido. Es como intentar estudiar delante de una tele encendida. Tras cada jugada todos estaban más preocupados de mirar el pantallón que de la siguiente reunión. Es grandísima, sí. Un grandísimo error.


La retransmisión no fue mala por los planos elegidos, sino por culpa de un realizador incompetente y por el desprecio que siente la NFL por nosotros. Los que seguís la NFL a través del 'game pass' estaréis más acostumbrados a esos planos traseros, o cenitales, en los que se ve de miedo cómo se mueve la línea y abre huecos a la carrera, o cómo se cruzan los defensas para provocar el hueco del blitz. Son planos habituales en las retransmisiones estadounidenses desde hace un par de años, y más en HD. Lo malo fue la horrible selección de los momentos en que vimos esas tomas, la falta de estadísticas, de repeticiones, de cariño en la retransmisión, de cuidado… ¡Estoy más que indignado! ¡¡¡Ofendido!!! ¿Por qué cojones me dan a mí una señal internacional de mierda? ¿Soy un ciudadano de segunda respecto a un estadounidense? ¿Un ser inferior? ¿Merezco comer excrementos? La NFL trata a los aficionados de fuera de Estados Unidos como a imbéciles. Y lo lleva haciendo demasiados años. Jornada tras jornada, incluido el partido de Londres, que organizativamente sigue siendo una mala copia de lo que se hace allí en las grandes ocasiones (y que no se ofenda nadie de la oficina europea). Solo les falta tirarnos cacahuetes. Ya es suficiente que en nuestra casa nos vean como a bichos raros, para que ellos piensen lo mismo. Y no me meto ahora con las webs oficiales de la NFL en otros idiomas, porque entonces reviento. ¡¡¡¡¡Qué asco!!!!! Para ellos somos menos que nada. Lo demuestran cada día. Fire Goodell!!!!!!!!!!!!!!!


Vale, ya me calmo.

Y con esto acabo, aunque se me ocurren algunas más.

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